Pese a que ya estamos acostumbrados a las malas noticias en materia económica, el Imacec de julio igual nos sorprende por su precariedad, de tan sólo 0,5%. Con ilusión pensábamos que los magros resultados de la actividad económica podrían estar encontrando algún punto de inflexión, pero con este dato no cabe duda que la desaceleración continúa acentuándose, incluso podríamos enfrentar en los próximos meses una recesión técnica.

Para el Banco Central esta noticia podría traducirse en un aumento en la probabilidad de una baja en la TPM, lo que impulsaría en parte el crecimiento, pero traería un fuerte impacto en la inflación, dado que la baja en la tasa se contextualiza en paralelo a un alza en la tasa de interés estadounidense, lo que provocaría un alza en el valor del dólar, probablemente a  más de 710 pesos cada uno.

Si bien la esperanza de alguna mejoría se proyecta ya para el próximo gobierno, vale decir tres semestres más, el repunte en materia de crecimiento dependerá de cuán complejo resulte para el próximo mandatario concluir temas que no se han resulto correctamente durante este tiempo, como las reformas y otras incertidumbres.

Pese a aquello, volver a pensar en un crecimiento económico para Chile del orden del 5% es ahora sólo ciencia ficción.