Si bien aún es poco conocida en nuestra sociedad, la Hipoterapia es un tratamiento de múltiples beneficios. A través del caballo, podemos rehabilitar a personas en situación de discapacidad de causa y condición muy variada, expandiendo su aplicación a usuarios con discapacidad intelectual, retraso del desarrollo psicomotor, alteraciones psiquiátricas, mentales, sensoriales. Es un método eficiente y novedoso, que se complementa muy bien con técnicas de neurodesarrollo e integración sensorial.

Se diferencia de otros tratamientos convencionales, ya que el sitting terapéutico ya no es un centro u hospital, sino que es al aire libre y se utiliza un animal, con el que se genera un vínculo integral, sanador, haciendo que este método resulte intrínsecamente motivador para los pacientes, lo cual ayuda a maximizar sus efectos.

A través de la Hipoterapia, las personas reciben un movimiento tridimensional desde el caballo, además de una serie de información multisensorial: propioceptiva, vestibular, táctil, visual, que, al ser aplicado bajo el criterio clínico del profesional, genera una serie de beneficios como activar la musculatura que se utiliza al caminar, mejorar el control postural, aumentar el equilibrio, modular del tono postural. Asimismo, al recibir estímulos propioceptivos y vestibulares de mayor intensidad y frecuencia que en una terapia convencional, se logra modular sensorialmente de forma más rápida, pudiendo mejorar su alerta, su ideación, planificación, ejecución del movimiento, así como también generar efectos cognitivos, conductuales y de interacción.

Sin embargo, es preciso destacar que estos beneficios no son generados solo por el hecho de andar en caballo y dar “paseos” sobre él. El profesional que dirige el tratamiento debe estar certificado en Hipoterapia, manejando elementos centrales, como la técnica, la población beneficiaria y el animal idóneo, entre muchos otros aspectos.