Hemos visto la intensa agenda que se ha marcado a nivel nacional y global con el tema de las reivindicaciones de la mujer. No sólo en el acoso, sino en lo laboral, social, personal y en el desarrollo humano. El empoderamiento femenino era algo que se venía venir, algo justo y necesario.

Pero, ¿Qué rol juega en todo esto la publicidad?, ¿Ha sido un actor silencioso?,  ¿Ha contribuido a generar diferencias y estereotipos? Lo más probable es que la respuesta de todos sea más bien escéptica  y es que siento que la publicidad está al debe, no en participación, porque vemos muchísimas mujeres en campaña, sino que en las temáticas y en el estereotipo.

La mujer sigue siendo la dueña de casa impecable, amante de su familia, conciliadora, perfectamente vestida, estéticamente perfecta, joven. Incluso las empoderadas, son algo insufribles, mandonas,  chismosas y mal genio.

¿Dónde está el cambio?

Como en casi cualquier nuevo movimiento, en lo Digital. Ahí tenemos campañas que trabajan historias reales, por sobre todo humanas, cercanas y empáticas, historias que no tienen que ver con géneros, sino con la vida, esa que no distingue entre hombre y mujer.

Lo digital es el mundo donde conviven todas las posiciones y donde las marcas han logrado zafarse de los estereotipos, generando relatos universales que no tienen que ver con esta disputa tan mediatizada, pero sí con lo que nos está pasando y que está haciendo que este mundo se mueva, y mucho.