Este 15 de abril, y desde 2008, se celebra el Día de la Comida Chilena con el objetivo de reconocer el patrimonio gastronómico nacional.

En esta fecha, difundir y conocer más de las exquisiteces de la cocina tradicional es una obligación para todos los chilenos y la mejor de las excusas para preparar nuestro plato predilecto o disfrutarlos en los restaurantes locales.

El festejo instaurado por Decreto Presidencial busca relevar la comida típica del país que, con sus más de 4 mil kilómetros de largo, dispone de variadas alternativas de alimentos que, a su vez, ofrecen una aún más variada posibilidad de preparación.

Productos del mar, carnes y verduras y frutas chilenas están disponibles para la celebración y permiten construir exquisitos platos como los tradicionales pastel de choclo, porotos con riendas, charquicán, mote con huesillos, curanto o pastel de jaiba.

Las diferentes zonas geográficas marcan igualmente lo que consideramos tradicional, así el curanto es una comida típica de la Isla de Chiloé y el chumbeque un dulce característico en la zona norte.

La Araucanía presenta también sus propios sabores. Lo mapuche, se mezcla con la influencia española de lo que surgió una comida criolla que aún perdura. Los sabores del merkén, el catuto, la harina tostada y el muday acompañan a la región; la quinoa, los piñones, la mutilla, el changle, digüeñes, entre otros, nos encantan.

La carrera de Gastronomía Internacional y Tradicional Chilena de Santo Tomás se orienta a preparar a profesionales en esta línea, respetando los aspectos culturales que son claves para satisfacer a los paladares locales.