La Región de Valparaíso muestra una cifra engañadora en relación al desempleo, toda vez que un 6,8% como indicador de éste, 0,7 puntos porcentuales mejor que igual trimestre móvil de 2015 podría traducirse en un mejoramiento en las condiciones de empleo.

Sin embargo, la cifra hay que analizarla con cautela, dado que la fuerza laboral disminuyó en 16 mil trabajadores y el número de personas que se encuentran fuera de la fuerza laboral aumentó en 36 mil.

Todo hace ver que, dada las condiciones económicas regionales, las personas hoy no están buscando trabajo, lo que se suma a la pérdida neta de más de 9 mil puestos laborales.

Entre los sectores con mayores mermas de puestos de trabajo destacan manufacturas con más de 14 mil y minería con más de 9 mil. Curiosamente el sector de la construcción se ha mantenido estable en cuanto al número de personas en dicho sector empleadas, pero no me cabe duda de que el instrumento de medición utilizado por el INE no logra visualizar que muchos de los ocupados han perdido empleos formales y logrado trabajos de mayor precariedad.

Es del todo razonable que la tasa de desempleo en nuestra región deberá aumentar en función al magro crecimiento de la economía, e incluso cuando mejoren las cifras económicas, en unos tres o cuatro años más, el desempleo se mantendrá elevado al incorporarse una mayor cantidad de gente a la fuerza laboral, la que hoy se está retirando por no encontrar ocupaciones y salarios acordes a sus expectativas.

A nivel país, la tasa de desempleo aumentó notoriamente y sobre las expectativas del mercado, permitiendo apreciar cómo los bajos niveles de crecimiento, tarde o temprano, se traducen en un mayor número de personas sin trabajo. Si bien en los últimos trimestres ya se apreciaba un deterioro en la calidad de los empleos, hoy a la precariedad de muchos trabajos hay que sumar la insuficiencia en el número de puestos laborales para absorber a las personas que desean trabajar. La autoridad de gobierno ha generado una serie de reformas que han buscado mejorar los niveles de igualdad en nuestra economía, pero tales iniciativas se han elaborado a espaldas de políticas que permitan fortalecer – o al menos resguardar – el crecimiento económico.

Para mejorar en igualdad, no cabe duda que las personas requieren más y mejores empleos, ya que finalmente éstos permiten generar ingresos en las personas y mejorar su bienestar. Al considerar las proyecciones del consenso de mercado en cuanto al crecimiento económico para los próximos tres años, todos bajo el 2-3% anual, se puede augurar que las tasas de desempleo se mantendrán elevadas por los próximos años, perjudicando así los niveles de igualdad, a no ser que exista un cambio sustantivo en el actuar de la autoridad hacia el fomento del crecimiento económico, lo que acompañado de un escenario externo favorable para nuestra economía, permitiría suavizar un mayor deterioro del mercado laboral en Chile y en nuestra región.