Según las cifras, han llegado a Chile casi medio millón de inmigrantes provenientes de diversos países latinoamericanos, los que se han extendido a lo largo del territorio nacional y, por lo tanto, también a la Región de Los Lagos, enriqueciendo nuestra diversidad cultural.

En el caso de migrantes haitianos, nos preocupa la calidad de la inserción de los niños y niñas en las diferentes escuelas, ya sea por el manejo del idioma o por el enfoque y contenidos del currículum nacional. Sabemos que el currículum nacional no se aborda desde un enfoque intercultural, más bien es acultural, porque la cultura dominante se ha impuesto de manera estandarizada a lo largo del país, sin considerar la diversidad cultural y étnica que nos caracteriza, generando la invisibilización de pueblos y culturas.

Respecto a los haitianos, debemos apoyar a la familia entera, pues la barrera del idioma es una dificultad clave, ya que trae consigo, en muchos casos, prácticas racistas y discriminatorias de nuestros compatriotas, porque culturalmente no estamos preparados para “acoger”. Desde nuestros orígenes republicanos, se han cometido abusos y arbitrariedades con nuestras comunidades indígenas, prácticas que ya vemos frente a hermanos migrantes, lo que hay que corregir con urgencia.

Una manera concreta de contribuir, es lo que iniciamos un grupo de docentes y estudiantes voluntarios de nuestra Escuela de Educación en Puerto Montt, liderados por el profesor José Ruíz P., y con apoyo de la Delegación Municipal Mirasol, implementando talleres de español básico, que les otorgue herramientas para facilitar su interacción con el habitante local. Después, queremos avanzar hacia la creación de niveles y ofrecer una atención más funcional y específica, además de investigar la realidad de las diferentes colonias migrantes de Puerto Montt y la región, para aportar información fidedigna a la autoridad política y se genere política pública pertinente para atender a los migrantes.