Las negativas cifras nacionales que arroja el Informe sobre Consumo de Drogas en las Américas

Recientemente, el Ministerio de Salud dio luz roja por las cifras arrojadas en el Informe sobre el Consumo de Drogas en las Américas 2019, que fue elaborado por la Organización de Estados Americanos (OEA). Este informe analiza los datos de 32 países sobre el uso de drogas, incluyendo alcohol, tabaco, nuevos usos de nicotina, cannabis, inhalables, cocaína, estimulantes tipo anfetamina, uso no prescrito de medicamentos y sustancias psicoactivas. En el país, la aplicación de las encuestas estuvo a cargo del Observatorio Chileno de Drogas y SENDA, quienes durante el 2016 trabajaron con población general (12 a 65 años) y en 2015 con estudiantes de educación media.

Chile figura como segundo país con inicios más tempranos en consumo. Mal indicador, ya que mientras más joven el consumo, mayores riesgos para la salud se presentan. La encuesta también incluyó la percepción del riesgo, factor importante en la decisión de consumir o no drogas.

Además de sus drásticos resultados, nos orientó también a los desafíos en cuanto a implementación de nuevas políticas públicas que el país debe asumir.

Realidad nacional

Alcohol: En los escolares de educación media, un 30% refiere haber consumido alcohol el último mes, de ellos, el 50% se embriaga. Por otro lado, se igualó el consumo entre hombres y mujeres y, en la población general, el consumo problemático es mayor en hombres.

Tabaco: Chile lidera con un 35% en población de 18 a 64 años y un 25% de prevalencia del último mes de consumo en estudiantes de educación media. Un buen indicador en la población general, es la percepción de riesgo que está por sobre el 80%.  Los cigarros electrónicos son una tendencia en aumento, aunque hay soluciones que no traen nicotina, los efectos de sus vapores no han sido estudiados.

Cannabis: En la población general la prevalencia es mayor en hombres. El consumo pasó de un 4% en 2010 a un 14,5% en 2016 (18% en hombres). En escolares, lideramos como país con cifras mayores al 30%, igualándose el consumo entre hombres y mujeres, con un aumento en el uso a lo largo del tiempo. Preocupa la percepción del riesgo muy baja.

En cuanto a la resina cannabis o hachís (flores, hojas, tallos), Chile junto a Argentina y Uruguay tienen un uso bastante alto. Dentro de los factores que pueden haber provocado el aumento, están los cambios en las políticas y su legalización. Si bien, la cannabis medicinal se vende como segura y saludable, se desconocen las consecuencias a largo plazo.

Inhalables: Su uso siempre se ha asociado a jóvenes en mayor riesgo social, pero la encuesta pone a Chile como líder de Sudamérica, que junto a Brasil, tienen una prevalencia de consumo en escolares de un 5,2%.

Cocaína: Muestra mayor tendencia de uso en la población de 18 a 32 años. En escolares, somos el país sudamericano con mayor  consumo con un 4,2%. En cuanto a la pasta base de cocaína (fumable) lideramos en Latinoamérica, en los escolares con un 3,5%, pero con una elevada percepción de riesgo, cercano al 80%.

Anfetaminas o metanfetamina: Chile es el segundo país de América con prevalencia en escolares más elevada, llegando casi a un 5%, siendo mucho mayor en mujeres. El resto de las drogas (crack o estimulantes tipo anfetamínico como el éxtasis) tiene una prevalencia bastante baja que no sobrepasa el 1%. Pero así como avanza la tecnología, existen nuevas formas de sintetizar y elaborar productos, entre ellas, las sustancias psicoactivas, lo que genera mayor preocupación de riesgos a la salud asociados a su uso, teniendo un impacto inmediato y aún mayor en la salud.

Uso  de medicamentos de prescripción controlada: Existe un elevado consumo de medicamentos como las benzodiacepinas, que se ubican después del alcohol y la marihuana. Esta situación nos debiera preocupar por elevado riesgo de desarrollar dependencia o adicción.

Como Institución de Educación Superior nos hacemos cargo de ayudar a los estudiantes que así lo requieran. En lo posible, también a descubrir nuevas estrategias de afrontamiento que permitan promocionar la salud, siendo capaces de relacionarnos con ellos de una manera efectiva, trabajando juntos a fin de que logren cambios.

También estamos convencidos de que el uso de cualquier sustancia debe ser motivo de preocupación inmediata, lo que indica la necesidad de aplicar intervenciones preventivas desde la primera infancia.