Las ciencias del clima y naturales han establecido consensos y entregado proyecciones que permiten a nuestra sociedad generar estrategias para enfrentar la amenaza del cambio climático. Sin embargo, este consenso no se refleja en los líderes políticos llamados a implementar el acuerdo de París.

La reciente cumbre de Bonn (COP 23)  ha puesto grandes dudas acerca de si los países podrán cumplir el límite en aumento de temperatura del planeta, la reducción del CO2 atmosférico –que luego de una breve estabilización han comenzado a aumentar nuevamente- y del apoyo financiero de los países industrializados a aquellos que requieren fortalecer sus capacidades para hacer frente al cambio climático.

Pero, a nivel nacional reflejamos la misma falta de dirección. El énfasis puesto en lo económico de los programas de gobierno que presentaron ambos candidatos presidenciales, ignora los límites que impone el ambiente y el clima al desarrollo social y crecimiento económico de Chile.

El cambio climático tendrá efectos en cascada, por ejemplo, sobre la distribución del agua, cuya escasez impactaría a los sistemas sociales y sector silvo-agropecuario, generando problemas en el empleo, escasez de productos, al tiempo que se exacerban los conflictos sociales. Nuestro sistema socio-económico no se desarrollará independiente de los procesos naturales que operan en Chile.

La experiencia indica que la economía, dado su carácter histórico y falta de predictibilidad, siempre ha llegado atrasada a los cambios sociales, no así las ciencias del clima, las cuales en el presente están moviendo los paradigmas de nuestra sociedad.