Tras casi cuatro años de trabajo, el Centro de Investigación de la Universidad Santo Tomás Talca finalizó la ejecución de esta iniciativa con importantes logros y avances en el área.

El Centro de Investigación Ovisnova, perteneciente a la Universidad Santo Tomás Talca, puso término al proyecto FIC “Sello Merino para la Ruta Textil” que ejecutó durante casi cuatro años en la Región de O’Higgins, y lo hizo con un seminario realizado el día martes 3 de noviembre a través de la plataforma Zoom.

En todo el tiempo que se desarrolló el proyecto, Ovisnova y su equipo de profesionales junto a los productores locales, focalizaron sus esfuerzos en el rescate del patrimonio genético de animales de esta raza cuya existencia está en peligro. Los ovinos de raza merino están altamente adaptados a sistemas vulnerables de secano y por lo mismo tienen una gran importancia en el poblamiento de estos territorios como parte de un programa de agricultura regenerativa que Ovisnova también impulsa.

“En un comienzo el equipo Ovisnova notó que en una zona del secano de la Región de O’Higgins existía un patrimonio genético que estaba bastante perdido y desaprovechado, es decir, los animales de raza merino y su lana. Debido a la caída del mercado de la lana, quienes continuaron con sus animales merino se enfocaron más en el mercado de la carne sin tomar mucho en cuenta el potencial y calidad de la lana”, explicó Giordano Catenacci, profesional de Ovisnova.

El objetivo de este proyecto fue beneficiar directamente a los productores de ovejas de raza merino y al mismo tiempo a las artesanas de la zona que pudieron acceder a una lana de excelente calidad y fabricar prendas de alto valor comercial.

“La oportunidad se genera pues en el mundo se está volviendo a las fibras naturales, como una consecuencia lógica a las alzas en los valores del crudo y una inevitable predicción de escasez de este elemento en no muy largo plazo. Logramos catastrar cerca de 22 mil ejemplares de ovejas merino”, comentó la Directora de Ovisnova, Marcela Gómez.

Gómez agregó que dentro de los principales logros que tuvo este proyecto está también la implementación de programas de manejo reproductivo, sanitario y genético, orientados al mejoramiento continuo de la lana.

“La lana no solamente es selección y genética, tiene también otros elementos que influencian mucho su calidad, sobre todo la alimentación. En este escenario se introdujeron también algunas directrices para el mejoramiento de praderas naturales. Nuestro tema ha sido el énfasis fuerte en el suelo, entendemos que el suelo es el eje de sustentación de un sistema productivo ovejero”, puntualizó. 

Seminario

En el Seminario de cierre también participaron la diseñadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Alejandra Fuenzalida, quien expuso sobre la versatilidad de la lana merino y su uso en prendas textiles artesanales de alto valor.

La profesional explicó que la fibra de lana no soporta cambios bruscos de temperatura, no debe someterse a movimientos bruscos especialmente en el agua, se debe lavar con holgura, con un detergente neutro, secar a la sombra y sobre una superficie plana.

“El desafío es incorporar esta nueva fibra al trabajo de las artesanas, pero ahora con un correcto manejo de las fibras que permita crear prendas dirigidas a un mercado más exigente y con mayores estándares. Se requieren para eso productos más flexibles, que se adapten mejor al cuerpo y que sean más suaves. Ese ha sido el mayor desafío para las artesanas”, indicó.

También expuso en esta ocasión el Gerente de la empresa South Mountain, Martín Andrade, quien habló del uso de la lana merino en prendas textiles deportivas y otras de alto valor, explicando que ya se encuentran trabajando junto con Ovisnova en la fabricación de algunos artículos de esta índole.

Otro de los temas abordados fue la situación de mercado para las lanas finas, nacional e internacional, de parte de Juan Pablo Coromina, Gerente de Los Andes Wood; y finalmente cerró este evento el representante de los agricultores del proyecto Sello Merino, Elías Valdés, quien también es el Gerente de la Agrícola Las Casas de Calleuque.

“Para nosotros ha sido muy estimulante retomar el tema de lana y su calidad. Cuando empezamos con este proyecto, al revisar nuestros animales nos encontramos con que esta línea hacia el uso de la carne había desmejorado un poco la calidad de la lana, pero dentro de la masa había varios que conservaban una buena calidad y eso creo nos permitió hacer avances rápidos. Ahora debemos traducir eso a la masa total. Todo este proceso ha sido retomar prácticas antiguas para los más viejos y conocer nuevas prácticas para los más nuevos, pero muy reconfortante porque sentimos que esta alianza de nuestro producto con el tema de poder permitir el desarrollo de las artesanas es algo que nos motiva bastante”, concluyó.