DIRECTOR DE CARRERA DE PSICOLOGÍA, JAIME AEDO:

“Que los niños puedan tener a teléfonos con internet dependerá de la edad que tengan”

El académico de Santo Tomás Los Ángeles explicó que, en Chile, son considerados niños, aquellos que tienen 0 hasta 13 años, 11 meses y 29 días.

 

El buen uso que se le pueda dar a la tecnología dependerá de la responsabilidad que las personas puedan tener al momento de tener que enfrentarse a ella; si bien, los adultos son capaces de discernir entre qué contenido ver o no en sus aparatos celulares, no ocurre lo mismo cuando se trata de niños.

En la siguiente entrevista, el director de la carrera de Psicología de Santo Tomás Los Ángeles, Jaime Aedo, se refirió respecto del acceso de los niños a teléfonos celulares con internet y entregó algunas recomendaciones a los padres, sobre cómo controlar su uso.

-¿Qué aspectos son los que hay que considerar con respecto al uso de la tecnología en menores?

La tecnología en sí misma es neutra; no es ni positiva ni negativa. Más bien, lo que hay, son los contenidos que pueden estar presentes en esa tecnología.

El acceso que los niños puedan tener a teléfonos con internet dependerá de la edad que tengan; legalmente, en Chile son considerados niños desde los 0 hasta los 13 años, 11 meses y 29 días. ¿Por qué hago esa diferencia? Porque, a partir de los 14 años en adelante, los menores sí tienen responsabilidades penales, diferentes a la de los adultos, pero cambia el escenario.

La responsabilidad de los adultos a cargo de ese niño es proveerle un espacio de protección y desarrollo apropiado. Significa, entonces, que tiene que haber una entrega progresiva de autonomía y una disminución progresiva del control.

-¿Qué significa esto?

Pongo un ejemplo extremo: a una guagua de dos meses no la vamos a dejar sola y no vamos a estar todo el día mirando a una niña de 13 años 11 meses, como sí lo hacemos con un bebé de un mes.

En ese sentido, los padres o adultos responsables de un niño tienen que ser capaces de ir viendo en qué medida ese menor va generando o desarrollando habilidades para poder enfrentar problemas sociales o de cualquier tipo.

Entonces, en la medida de que esa lectura sea correcta, el acceso o la disponibilidad a internet va a ser entregada por el adulto, si es que hace bien su trabajo, de manera progresiva y resguardando posibles riesgos.

El problema que tenemos, y que a todos nos ha pasado, es que haciendo click en un link de internet nos llevó a otra página, por ejemplo, de pornografía indeseada y, probablemente, como adulto la bloqueo, no abro otras páginas porque puede ser un mensaje engañoso y un niño pequeño, probablemente, no sea capaz de distinguir eso.

-¿Qué se hace en esos casos?

El uso de internet en menores de edad debiese ser supervisado por los adultos, pensando en que no es lo mismo un niño de 3 años y uno de 14; en la medida en que vaya creciendo y vaya desarrollando capacidades propias podrá ir obteniendo mayor autonomía para reconocer riesgos.

El acceso a teléfonos inteligentes que tengan internet no sólo dependerá de la edad, también dependerá del conocimiento que esos padres, madres o adultos responsables del menor tengan de la tecnología.

Esto, porque si un adulto entiende bien de qué se trata puede, por ejemplo, dejar un teléfono programado tanto para llamar como para recibir llamadas, dejando tres o cuatro números; con ello, se puede hacer un control adecuado que, a determinada edad, es bastante útil, pensando en que un niño de primero básico no tiene muchas necesidades de llamar a gente distinta que a la que esté en una lista de personas como la abuela o la mamá.

Ese escenario es muy diferente al de un niño de 14 años, quien tiene que llamar a sus amigos porque ya está en una edad para establecer vínculos sociales más adultos.

Eso es con respecto al tema del teléfono. El teléfono es bastante inofensivo como teléfono; sin embargo, el problema lo tiene internet; es la internet la que te abre a un mundo en el que no hay control y es muy similar a transitar en la vía pública.

Desde este punto de vista, no dejamos que niños de ocho años anden solos por la vía pública sin ninguna supervisión de un adulto durante todo el día, de modo que no podríamos dejar que un niño de esa edad navegue por internet libremente todo el día. Esa lógica sería interesante mantenerla.

-¿Existe algún otro aspecto que debamos considerar al respecto?

Un aspecto importante es tener claridad de los intereses del niño y qué tipo de juegos podría ver y no basta sólo con verlo, ya que existen algunos que parecen ser inocentes, pero tienen contenidos extremadamente violentos.

Al igual que las películas, los juegos tienen clasificaciones. Hay juegos para niños de determinadas edades y otros que, derechamente, son para adultos y al ojo de alguien que no sepa del tema, es un juego de video.

-¿Qué efectos puede traer consigo el uso del teléfono celular y acceso a internet en menores?

Los traumas en las personas afectan de manera muy diferencial. No hay un asunto que sea una línea transmisora directa; alguien que, por accidente, ve pornografía puede verlo como un evento que pasó y otra persona puede quedar muy perturbada frente al mismo evento. No existe un patrón único.

El problema es que, sobre todo en el espacio de internet, existen peligros que son concretos; hay personas que se dedican, efectivamente, a engatusar y seducir a menores de edad, por ejemplo, para fines sexuales.

Eso ocurre. Probablemente, la otra persona puede hacerse pasar por otro niño, pedirles que le envíen fotos, alterar las fotos de sus perfiles de Facebook para poder extorsionarlos, chantajearlos o darles falsa información. Ahí es donde hay que tener mucho ojo con las edades de los niños y lo que, efectivamente, un niño a esa edad es capaz de hacer.

-¿Cuál sería el mensaje a los padres o a quienes tienen menores a cargo?

Creo que el mejor concejo es preguntarse si dejaría solo a un niño pequeño en la calle, porque si pregunto por un chico de 14 años, probablemente diga que sí, que puede ir solo. No podrá dormir afuera, pero sí puede dar unas vueltas. Eso es factible a esa edad, pero no en uno de cinco ni de ocho años; a los 10 quizás un poco, un rato afuera con los amigos que yo conozca.

Esas mismas precauciones que tenemos en el espacio no virtual, las debiéramos tener en el espacio virtual.

-Los padres igual deben estar atentos al contenido que van viendo sus hijos…

Con la prudencia de no convertirse en un sensor absoluto porque lo que va a generar ahí es que el niño o la niña quiera huir de ese control y va a estar, probablemente, accediendo a cosas que tú no va a poder saber qué es. Ojo con eso, el sobre control es tan malo como la ausencia de control, así que hay que ser prudente, equilibrado y eso no es fácil.