Educación y actividad física

Inclusión: cuando el deporte derriba barreras y nos hace parte

¿Cuánto hemos avanzado como sociedad para dejar atrás la discriminación? ¿De qué son capaces los niños y niñas con necesidades educativas especiales? Las respuestas, en la voz de expertos de la Universidad Santo Tomás de La Serena.

Por concepción histórica, nuestra sociedad está hecha para personas con inteligencias y/o capacidades “normales” que pueden y deben desenvolverse de forma natural y sin problemas en ámbitos como la educación, el trabajo, la interacción social, etc.

Sin embargo, sabemos que tal situación no ocurre en la práctica, y como es de esperarse, palabras como segregación, diferenciación, o sencillamente, discriminación, se conjugan con demasiada facilidad en nuestro lenguaje cotidiano.

Escuelas especiales, de lenguaje o recintos educativos preparados especialmente para recibir y enseñar a niños con déficits cognitivos o de otra índole es la respuesta que ha entregado la educación chilena a esta situación, destacando los esfuerzos del área pública al respecto, que mediante los proyectos de integración, fomenta la convivencia de niños y niñas en el aula, sin importar sus capacidades diferentes.

Iniciativas para incluir

Al respecto, instituciones como la Universidad Santo Tomás de La Serena, a través de las carreras de Pedagogía en Educación Física y Educación Diferencial, desarrolla desde hace tres años las Olimpiadas inclusivas, masivo evento deportivo que invita a niños, niñas y jóvenes a practicar disciplinas como fútbol, básquetbol, bochas olímpicas y algunas actividades de desarrollo de la percepción, y que en su versión 2017 contó con la participación de estudiantes pertenecientes a 7 establecimientos que atienden a niños y niñas con necesidades educativas especiales de las comunas de La Serena y Coquimbo.

Sin duda, un evento integrador, pero más precisamente, una jornada de inclusión, precisa el Jefe de Carrera de Educación Diferencial de la UST La Serena, Claudio Rojas Tolmo, quien explica que la inclusión implica que todas las personas, en su diversidad, comparten un contexto social igualitario, “derribando barreras, donde todos tenemos el mismo derecho y acceso a la recreación, aprendizaje y a sentirse parte de una comunidad”.

“A veces la gente entiende la inclusión como un término ligado en exclusiva para la atención de niños con necesidades educativas especiales o personas en situación de discapacidad, pero esto va más allá porque existe una amplia gama de personas y diversidad, las cuales son muy excluidas en términos sociales”. Claudio Rojas, Jefe Carrera Educación Diferencial.

El uso del concepto inclusión en vez de integración, explica el docente, se fundamenta en que esta última es segregadora y corresponde a modelos antiguos, “cuando, por ejemplo, en el contexto educativo se trabajaba con un alumno en un programa de integración, que todavía existen, y se sacaba al alumno de la sala para trabajar. Ahora lo que persigue la inclusión es que el alumno sea parte de un curso y que tenga profesionales de apoyo dentro de ese espacio”, añade.

Un primer paso para vencer la ignorancia

¿Qué tan discriminadora o excluyente es nuestra sociedad con los niños o personas?  El profesor Rojas hace la salvedad de que en el caso de los niños no es excluyente, pero sí existe discriminación en otros contextos, “en la diversidad de género y de etnias, por ejemplo, aún nos falta mucho por avanzar. A veces la gente entiende la inclusión como un término ligado en exclusiva para la atención de niños con necesidades educativas especiales o personas en situación de discapacidad, pero esto va más allá porque existe una amplia gama de personas y diversidad, las cuales son muy excluidas en términos sociales”, precisa.

En este escenario, el camino a seguir es dar un paso y fomentar que los estudiantes en formación conozcan la realidad y diversidad de niños y niñas, explica el profesor de Pedagogía en Educación Física, Luis Veas Alfaro, quien es además promotor y organizador de las citadas olimpiadas inclusivas.

“A la gente nadie le dice <mira, los niños sí tienen capacidades>, entonces se desconoce, y cuando se desconoce algo, le temes”, dice el académico, añadiendo que mediante este tipo de eventos se busca que los alumnos de Pedagogía en Educación Física accedan a un espacio “donde ellos, al ver a los niños digan: sí, se puede, ellos tienen la capacidad de realizar actividad física”.

A futuro, relata el experto, se pretende que estos niños se integren donde no existan categorías para necesidades educativas especiales, “y que participen de categorías normales, pues hay chicos que lo pueden hacer, y con los que no se pueda, que sean parte de alguna actividad donde ellos se pueden integrar”.

De esta forma, se puede vencer la ignorancia al respecto, pues se desconocen muchos temas, continúa, y uno de esos temas es la capacidad que tienen los niños, que tienen una capacidad diferente y que no significa que no sea capaces. “Este niño puede tener un interés específico, y en ese interés puede ser más bueno que una persona que no tiene una necesidad educativa especial”, explica.

Niño en silla de ruedas recibe un balón de parte de una alumna de Educación Diferencial.

La actividad física y el deporte integran sin dificultades.

El rol del deporte

Si bien un niño puede tener una capacidad diferente, donde menos se percibe es en la actividad física, porque esta se da en un contexto familiar, subraya el docente, “y podemos ver que ese niño se integra con los jóvenes de su comunidad sin mayores dificultades a este tipo de actividades que la sociedad haga. Ahora, donde encontramos dificultades, es cuando entramos a labores más específicas, del tipo cognitivas, del lenguaje, matemáticas, etc.; pero es en la actividad física y recreativa donde estos chicos se pueden ganar un respeto social”.

“(…) mediante una iniciativa como las olimpiadas de inclusión no se busca que los niños sean profesionales, sino que se inserten a la sociedad y que se ganen el respeto dentro de ella. Hoy día va a ser a través del deporte, y desde ahí van a poder mostrar todas sus capacidades”. Luis Veas, profesor de Pedagogía en Educación Física.

A la hora de citar algún ejemplo internacional al respecto, el profesor Veas recuerda el caso del atleta sudafricano Óscar Pistorius, quien fue partícipe de diversos torneos de velocidad, pese a los cuestionamientos por las supuestas ventajas que obtenía por correr con prótesis en sus piernas.

“En otro ámbito, está el caso de Garrincha, famoso futbolista brasileño de los ´50 y ´60, quien fue diagnosticado con déficit intelectual, y sin embargo es considerado uno de los mejores delanteros de la historia. Como se aprecia, se puede, pero hay que dar las posibilidades”, subraya.

El futuro

En este sentido, el académico aclara que mediante una iniciativa como las olimpiadas de inclusión no se busca que los niños sean profesionales, “sino que se inserten a la sociedad y que se ganen el respeto dentro de ella. Hoy día va a ser a través del deporte, y desde ahí van a poder mostrar todas sus capacidades”, destaca.

¿Qué pasará a futuro con la inclusión? El profesor Veas avizora un cambio lento pero que terminará dándose. “considerando que antiguamente la gente se escondía, había temor de salir incluso, porque era aún mayor la discriminación. Pero hoy no es así, y por ello la gente se va a terminar acostumbrando y entendiendo que todo es normal”.

“Vamos a tener que dar los espacios”, concluye, comentando su deseo de que ojalá también se creen leyes al respecto, “que permitan la real inclusión de los niños en el contexto educativo, laboral, social, etc. Es un proceso lento, pero entre un cambio de costumbres y leyes, esto se tendrá que ir dando, y precisamente, este tipo de instancias deportivas ayudan a avanzar en esa dirección”.