Loable iniciativa

Deporte y vida sana: Alegría en movimiento en los colegios de la región de Coquimbo

La actividad física y los recreos ya no son lo mismo en las provincias de Elqui, Limarí y Choapa. Más deporte, menos comida chatarra, más confianza y más compañerismo son algunas de las conclusiones del desarrollo de los “Talleres deportivos” que la UST La Serena, con apoyo del MINEDUC, está desarrollando en más de 40 establecimientos públicos de la región.

Noticias versus realidad: ¿cuántas veces hemos visto o leído acerca de la proliferación de gimnasios, de la moda del running, la zumba y las cicletadas? “Periódicamente o muy seguido”: de seguro esa sería nuestra respuesta. En teoría, los chilenos estamos practicando más deporte, y por ende, tenemos una vida más sana y placentera. Digna del jaguar de Latinoamérica y miembro de la OCDE.

En otro ámbito, mucho se ha discutido –y se discute- acerca del rumbo que debiese haber tomado la calidad de la educación, donde las palabras gratuidad y calidad se repiten incesantemente al alero del rendimiento y puntajes en SIMCE y PSU de niños y jóvenes.

Preguntémonos entonces, a la luz de estos antecedentes: ¿qué pasa con otras asignaturas que no entregan puntajes cuantitativos para comparar y mejorar, como ciencias, matemáticas o comprensión lectora? ¿Alguna vez ha pensado qué pasa con la educación física en los diversos colegios del país? ¿Seremos líderes o estaremos al debe al respecto? Veamos.

Estándares internacionales

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomiendan 180 minutos diarios de actividad física de cualquier intensidad para los pre-escolares, y en tanto, para escolares y adolescentes, 60 minutos de actividad moderada o vigorosa todos los días de la semana. Pero en Chile 7 de cada diez niños no cumple con estos estándares, mientras que en adolescentes, son 8 de cada diez.

Estos números arrojó el Reporte de notas chileno sobre la actividad física de niños y adolescentes 2016, comparación multi-países liderada por el director de la Alianza Global por Niños más Activos y Saludables, Mark Tremblay. Entonces, en promedio, Chile sacó una nota 2 en actividad física global, en una escala de 1 a 7, ubicándose en el último lugar junto a Bélgica, China, Estonia, Qatar, Escocia y Emiratos Árabes Unidos.

Asimismo, el estudio también mostró importantes brechas de género y socioeconómicas en la realización de actividad física en nuestro país, así como también, de infraestructura para la práctica deportiva al aire libre.

Ok, no se mueven ni corren, ¿pero al menos nuestros niños y jóvenes se alimentan bien? Otra vez, estamos al debe: según el Mapa Nutricional 2016, estudio aplicado a más de 660 mil niños en el país, se observa un alza preocupante en los niveles de sobrepeso y obesidad en los alumnos de pre-kinder, kinder, primero básico y primero medio. Igualmente, un 26,4 por ciento de los alumnos de entre cinco y siete años tienen sobrepeso y un 23,9 son obesos. Asimismo, los alumnos de primero medio presentaron un 31 por ciento de niños con sobrepeso.

“(…) los talleres abordan tres aspectos: el procedimental, la ejecución de destrezas básicas que debe saber todo estudiante al egresar de octavo básico; el actitudinal, que implica el respeto y la ayuda entre ellas; y en tercer orden, el trabajo en equipo, pues aquí ellas socializan, aprenden a ser más seguras de sí mismas, pierden la timidez y adquieren confianza”. Esdie Maslun Lara, docente taller deportivo.

Una luz de esperanza

Sin embargo, en diversos establecimientos de las tres provincias de la región de Coquimbo, desde el 2016, la realidad que se observa en los patios es muy distinta al promedio nacional: de forma voluntaria, cientos de niños y jóvenes practican deporte, juegan, se mueven y son parte de pausas activas que los motivan y ponen contentos.

¿Por qué las cosas son distintas en las turísticas tierras de Gabriela Mistral? Porque la Universidad Santo Tomás, a través de los académicos, egresados y estudiantes de la carrera de Pedagogía en Educación Física está aportando un grano de arena para que nuestra mentalidad y estilo de vida sedentario tenga un cambio positivo en las nuevas generaciones.

Gracias a la adjudicación de fondos del Ministerio de Educación, al alero del programa de Fortalecimiento de la Educación Pública de la Reforma Educacional que impulsa el gobierno, la Universidad Santo Tomás de La Serena (entidad que fue una de las dos casas de estudios privadas que fueron seleccionadas a nivel nacional para llevar a cabo esta instancia) lleva adelante, en más de 40 establecimientos públicos de las provincias de Elqui, Limarí y Choapa, el proyecto: “Talleres deportivos recreativos” que han beneficiado a cerca de mil estudiantes.

“Las que no están en el taller no les interesa la vida sana y les da lo mismo, aunque les digan que no deben traer Coca-cola, la traen igual. Pero nosotras sabemos que tenemos que cuidarnos y traemos frutas y jugos naturales”. Darling Montecinos, alumna.

“Valores olímpicos”

En la icónica Avenida Francisco de Aguirre de La Serena, además de árboles, áreas verdes y bancos, un museo al aire libre embellece aún más el lugar. Allí, en silencio, esculturas y estatuas, en su mayoría de filósofos griegos, ven pasar el tiempo y la vida de los habitantes de la ciudad.

En tanto, en el patio del adyacente colegio Javiera Carrera, niñas de diversas edades participan entusiastas de actividades físicas que les han permitido aprender no sólo a mejorar su destreza corporal, sino que además, adquirir y poner en práctica valores como la solidaridad, el esfuerzo, el compañerismo y el optimismo en torno al deporte. Tal como se concibieron en la antigua Grecia los juegos olímpicos. Mera coincidencia o no, en esa cuadra de La Serena se practica deporte, y desde afuera, algunos ciudadanos griegos observan en silencio. Y quizá estén contentos porque la semilla que sembraron, siglos atrás, germina hoy en un colegio público de la ciudad de los campanarios.

La docente Esdie Maslun Lara es la “culpable” del bienestar de las alumnas del establecimiento, que desde 2016, son entusiastas participantes de talleres de gimnasia y pausas activas, “donde aprendemos cosas nuevas y nos desestresamos”, dice Antonieta del Valle, una de las alumnas del cuarto año A que forma parte la iniciativa.

Antonieta, junto a Katherine Cortés, Valeria Taborda, Darling Montecinos y Linda Salazar, todas entre 9 y 10 años de edad, saltan y giran por sobre una fila de colchonetas sin miedo a caerse y sin importarles que a esa hora ya podrían ir o estar en sus casas. La gimnasia les encanta y está entre sus prioridades.

Alumna realizando posición invertida con ayuda de compañera y su profesora.

Las alumnas asisten de forma voluntaria a los talleres.

“Esta clase nos gusta mucho y nos motiva”, dice Valeria, mientras que Darling destaca que “si nos equivocamos, la profesora siempre nos ayuda, una y otra vez”. Y a la hora de escoger el ejercicio que más les gusta no hay consenso: todas levantan la mano y reparten preferencias entre “la vuelta de carnero para atrás” y la invertida, y destacan que incluso practican en el recreo y en sus casas, “porque ahora la educación física nos gusta más”, dicen a coro.

“(…) los recreos activos las calman, relajan, les baja los niveles de ansiedad y prestan mayor atención a las clases”, destaca, y agrega que el espacio es muy deseado por las alumnas: “cuando ven a la profesora corren, pues saben que podrán salir de la sala y tomar un aire diferente”. Leonardo Castillo, profesor jefe de las alumnas.

Crecimiento personal

“En total son cerca de veinte chicas las que son parte del taller, pero este grupo es el más leal”, dice sobre las estudiantes la profesora Esdie, quien destaca su empeño por aprender, “porque saben que logrando una etapa van a pasar a otra y adquirirán más destrezas: después de la invertida viene la rueda, y así sucesivamente, considerando que comenzaron de cero”.

En específico, la docente explica que los talleres abordan tres aspectos: el procedimental, la ejecución de destrezas básicas que debe saber todo estudiante al egresar de octavo básico; el actitudinal, que implica el respeto y la ayuda entre ellas; y en tercer orden, el trabajo en equipo, “pues aquí ellas socializan, aprender a ser más seguras de sí mismas, pierden la timidez y adquieren confianza”, subraya.

“Yo soy feliz con ellas, porque, aunque ya me retiré del colegio, vengo a hacerles también un taller de natación”, afirma la profesora, quien destaca también el progreso en la gimnasia que han desarrollado las chicas, “considerando que el taller es de solo una hora a la semana”.

Pero no todo es gimnasia: los recreos activos que contempla este proyecto de la UST fomenta la participación masiva de las alumnas del colegio, “donde ellas juegan libremente con los implementos, como los aros, por ejemplo. En este espacio no hay nada impuesto y se busca que desarrollen la creatividad, la participación autónoma, la disciplina, el respeto, y la colaboración; por ende, no es como una clase conductista. Pero lo que más me interesa es que sean felices, que lo pasen bien”, sentencia la académica.

Asimismo, los talleres hacen hincapié en la alimentación sana: se incentiva el consumo de frutas y agua en vez de bebidas, chocolates y galletas como colación, “las que no están en el taller no les interesa la vida sana y les da lo mismo, aunque les digan que no deben traer Coca-cola, la traen igual. Pero nosotras sabemos que tenemos que cuidarnos y traemos frutas y jugos naturales”, dice al respecto Darling.

«(…) los talleres representan una oportunidad única para las niñas y les han traído beneficios positivos: trabajo directamente en el área de convivencia escolar y observo los cambios positivos que genera la vida saludable que promueve esta iniciativa”. Daniela Jofré, psicóloga del colegio.

Cambios positivos

Leonardo Castillo es el profesor jefe del cuarto año A del colegio, y ha sido testigo del comportamiento positivo de las niñas que son parte de los talleres deportivos de la UST: “por ejemplo, los recreos activos las calman, relajan, les baja los niveles de ansiedad y prestan mayor atención a las clases”, destaca, y agrega que el espacio es muy deseado por las alumnas: “cuando ven a la profesora corren, pues saben que podrán salir de la sala y tomar un aire diferente”.

Las palabras del docente son refrendadas por la psicóloga del colegio Javiera Carrera, Daniela Jofré, al señalar que «los talleres representan una oportunidad única para las niñas y les han traído beneficios positivos: trabajo directamente en el área de convivencia escolar y observo los cambios positivos que genera la vida saludable que promueve esta iniciativa”.

“Me he dado cuenta que la profesora es muy querida por las niñas, pues cuando la ven se ponen muy contentas, hecho que demuestra que hay una conexión importante y que releva esta oportunidad que han tenido, porque no todas tienen acceso a este tipo de actividades”, añade la especialista.

Sobre este último punto, la psicóloga pone en la balanza la cantidad de participantes y los resultados positivos del trabajo deportivo, “pues nos gustaría que fuesen muchas más las participantes, pero vemos que la cantidad actual de niñas es óptima porque se sienten cómodas al poder concentrarse y sacar provecho a la calidad de la clase”.

“Esperemos que esto continúe”, afirma Daniela, expresando también su deseo de que se sumen más niñas a los talleres, “pero que ojalá no se altere el funcionamiento que se tiene hasta ahora, aun cuando es muy importante que esta iniciativa siga creciendo”, proyecta finalmente.