ESCRITOR Y PERIODISTA PEDRO CAYUQUEO:

“Creo que cuando Chile comience a mirarse al espejo y comience a ver a su primo indígena, las cosas van a cambiar”

«La Historia Secreta Mapuche” es la última obra del escritor nacional y relata aquel aspecto no contado respecto de la guerra entre Chile y Argentina contra los mapuches en el siglo XIX.

 

– ¿Qué impresión te deja haber participado en un espacio como éste, netamente local dedicado a la promoción de la literatura?

Soy un asiduo visitante de las ferias, especialmente en comunas. Para el escritor, el contacto con los lectores es clave y es uno de los momentos más gratificantes que uno tiene porque la vida de los escritores es bien solitaria cuando uno produce una obra.

Ésta es la segunda vez que vengo a la Feria del Libro Bío Bío Lee. Vine hace tres años y la verdad es que por la cantidad de público que hubo estoy fascinado; felicito que se realicen este tipo de espacios en comunas como Los Ángeles. Me parece que es un espacio que hay que cuidar y hay que proyectar en el tiempo.

-Por la cantidad de gente que asistió a la conferencia, ¿qué te pareció la interacción que se generó con tus lectores?

Creo que en Chile hay un renovado interés por la historia. Eso se ve graficado en los éxitos editoriales que hay de autores que están reescribiendo la historia; diría que el gran impulsor de esto, y que inauguró esta corriente, fue Guillermo Parvex. Guillermo es un colega al que he ido conociendo con el paso del tiempo y es un tremendo escritor y periodista.

Yo me sumo a esa camada de escritores y periodistas que están actuando como divulgadores de una historia. Creo que hoy existe una curiosidad creciente en los lectores chilenos de saber de dónde venimos; creo que es casi una necesidad saber de dónde tú vienes para poder proyectar un futuro en comunidad.

Ahí creo que soy privilegiado, porque soy Periodista, trabajo en medios y soy muy activo en redes sociales. La verdad es que tengo bastante tribuna para difundir mis obras y plantear mis temas y eso se ve reflejado en que hay un público que es lector que hace ya bastante tiempo sigue mis trabajos.

-Respecto de la obra, ¿por qué Los Ángeles está vinculado en la historia?

Este libro trata sobre aquel aspecto no contado en la historia oficial, que es la gran guerra que hubo entre Chile y Argentina contra los mapuches en el siglo XIX. Esa guerra explica mucho de los otros conflictos actuales.

Muchos de los problemas que arrastramos como país tiene que ver con esa guerra y Los Ángeles es clave en ella, porque fue históricamente la frontera. Los Ángeles fue una ciudad intercultural, fue una ciudad donde hubo un cruce comercial, cruce racial, figuran todos los textos historiadores como una ciudad muy importante de la frontera; era la puerta de entrada al Wallmapu, al territorio mapuche y para los mapuches era la puerta de entrada también a Chile.

Creo que esta ciudad tiene mucho que reivindicar como imagen histórica; desconozco si eso es así en la actualidad, pero para efectos de turismo cultural, patrimonio histórico, Los Ángeles en verdad es una plaza muy importante para quienes hacemos divulgaciones históricas.

Pedro Cayuqueo y el pueblo mapuche

-Según tu parecer, ¿qué es lo que debemos hacer como sociedad, para reivindicarnos con el pueblo mapuche?

Creo que Chile tiene problemas con el espejo. Chile se mira al espejo y se ve europeo, se ve nórdico, se ve caucásico y la verdad es que ese es un problema visual que tiene el país consigo mismo, porque no es caucásico ni europeo; es moreno, tiene rasgos indígenas. Chile es de padres españoles y madres indígenas.

La cantidad de genes indígenas presentes en la sociedad chilena es gigantesca y hay estudios al respecto. Creo que cuando Chile comience a mirarse al espejo y comience a ver a su primo indígena, las cosas van a cambiar.

Muchos tenemos claro nuestra identidad, tenemos claro de dónde venimos, nuestra identidad la estamos recuperando, la estamos amando cada día más, pero creo que los chilenos no tienen claro de dónde vienen y si uno no sabe de dónde viene, difícilmente puede saber para dónde va.

Si nosotros podemos contribuir a que Chile se encuentre consigo mismo, con su identidad originaria, yo al menos estoy disponible para ese proceso porque creo que las dos sociedades están llamadas a caminar juntas. Estamos llamados a convivir y a construir una comunidad, un territorio compartido y para esa utopía yo estoy disponible.

– ¿Cuál es la invitación que podemos hacer a la gente a que lea tu libro?

Invito a toda la gente que quiera conocer al pueblo mapuche de una forma distinta, sin los prejuicios raciales que eran recurrentes en el siglo XIX y que lo retrataron de muy mala forma.

Los mapuches somos una sociedad de gente noble, de gente digna, de gente orgullosa, valiente, con el uso de una lengua muy culta, muy protocolar, una lengua que se usa en la diplomacia.

Los invito a maravillarse con un pueblo mapuche que quizás nadie les ha contado que existe, los invito a maravillarse con la historia de nuestros grandes líderes del siglo XIX, cuyas gestas en batalla y en la diplomacia nada tienen que envidiarles a los mongoles, a los orientales, a los Navajos en Estados Unidos.

La historia fronteriza del siglo XIX es fascinante, no tenemos nada que enviarle al Far West norteamericano. Mulchén, Renaico, Collipulli, son ciudades con mucha historia y creo que tenemos que aprender a no mirar tanto hacia afuera, sino que comenzar a mirar hacia adentro.

– ¿Cree que en algún momento la cultura chilena pueda convivir en armonía con la cultura mapuche, donde ya no existan -por ejemplo- problemas por el territorio, donde se acepte de verdad a la cultura mapuche?

Creo que vamos hacia allá. Creo que se da un tropiezo en lo político porque la cosa política es torpe en este tema, pero creo que la sociedad va caminando hacia la interculturalidad. Cuanto tú vas a comunas, a provincias, te das cuenta de que la gente convive.

La gente chilena se relaciona con el pueblo mapuche, asiste a ferias costumbristas, gustan de la comida, los bailes y cada vez se celebra mucho más el We Tripantu. A nivel local se está produciendo una interculturalidad de forma bastante natural y el conflicto político también creo que se va a solucionar en un futuro.

Tengo mucha fe en lo que puedan hacer las generaciones que están entrando a la política ahora, que son muy distintas a las anteriores. Lo primitivo, lo atrasado, lo salvaje es quedarnos en esta idea de que hay culturas superiores a otras; eso es del siglo XIX. Lo moderno, lo cool, es aceptar la diversidad y esa diversidad dice que tú tienes que hablar más de una lengua, tienes que tener más de una visión de un paradigma cultural, porque eso enriquece como persona, como individuo, y también como sociedad.