A ello se sumó el aumento del número de estudiantes interesados en la profundización clínica y una oferta de servicios que impactó positivamente en la comunidad maulina.

En más de un 200% aumentaron las atenciones de la Clínica Psicológica (CAP) de la Universidad Santo Tomás Talca durante el año 2017, ofreciendo servicios del más alto nivel a la población más vulnerable de la región que de otra forma no podría tener acceso a tratamientos de este tipo.

De acuerdo a lo señalado por el Director del CAP, Braulio Bruna, la cantidad de alumnos que realizaron intervenciones también tuvo un incremento considerable, optando la mayoría de ellos por orientar su formación profesional hacia el área clínica.

A lo anterior se sumó el traslado del CAP a nuevas dependencias ubicadas en el centro de la ciudad y que cuentan con los más altos estándares de tecnología e infraestructura para abordar los tratamientos de salud mental.

¿Cuál es el balance que realizan ustedes del año 2017?

“Creo que los cambios que se han hecho en términos de la rigurosidad de los procedimientos, la implementación de una sala espejo que me atrevería a decir que es la mejor de la Región del Maule, el número de box que permite también las atenciones grupales y el aumento de los vínculos con otros instituciones se ven reflejados en los números. En 2017 tuvimos más de un 200% más de atenciones en comparación con el año anterior”.

¿En qué período funciona la Clínica y qué tipo de perfil tienen los usuarios?

“El objetivo principal de la Clínica es la vinculación de la Escuela de Psicología con lo social, lo que nos interesa es poder prestar servicios de psicoterapia a personas que no puedan pagarlo en el resto de la red. A diferencia de los Cesfam por ejemplo, nosotros podemos prestarle atención semanal sin mayores listas de espera y que se prolongue durante un semestre. Esos en los servicios de salud es imposible. La Clínica empieza la atención en el período lectivo de los alumnos, usualmente desde la última semana de febrero y durante marzo nos dedicamos a recepcionar pacientes y esos pacientes se atienden hasta julio o agosto, pero si el caso requiere de una intervención anual, lo que se hace es reingresar para retomar en agosto hasta diciembre. Y si es necesario para finalizar un caso los alumnos deben seguir con las atenciones incluso hasta enero aunque se intenta que de acuerdo a nuestro modelo finalice todo durante el período lectivo”.

¿Cómo llegan los pacientes a atenderse a la Clínica Psicológica?

“Nuestros colaboradores están en tres ámbitos, educacional (colegios) en aquellos recintos con vulnerabilidad social o riesgo de ella, allí nos hacen derivaciones de chicos específicos que ellos consideran que requieren psicoterapia; la otra fuente de derivación son Sename y las colaboradores de Sename, programas de prevención focalizada, programas de libertad asistida especial, programas de intervención familiar y programas de tratamiento de drogas, ahí nosotros prestamos atención a todas las personas que no tengan procesos judiciales. Los criterios de exclusión que tenemos son solo en la patología mayor que requiere tratamiento psiquiátrico o la adicción mayor que también requiere tratamiento psiquiátrico. La cantidad de patologías que podemos atender es bien amplia y a diferencia de todas las otras clínicas el costo puede llegar a cero. También tenemos la demanda espontánea que las otras clínicas no la tienen, es decir, si alguien va pasando por fuera y necesita atención puede venir y solicitar una hora sin mucho problema. El último es el ámbito privado donde tenemos convenios con la Asociación Chilena de Seguridad y PF Alimentos, donde el fin es mezclar un poco la línea organizacional con la línea clínica”.

¿Cuál es la proyección que tienen para el año 2018?

“Este año la idea es consolidar un cambio importante que se genera en términos del manejo de las fichas por modificaciones a la Ley de Salud, ahora las fichas deben conservarse alrededor de 15 años, lo que supone una imposibilidad de seguir gestionando las fichas clínicas en papel. Talca junto con otras dos sedes seremos pilotos de la ficha electrónica, con un sistema en línea para poder guardar y registrar las sesiones y los datos de pacientes para que estén disposición de estos 15 años que se requieren. Vamos a ser la primera clínica en la región que va a empezar a utilizar este modelo, eso será muy importante porque nos vamos a volver referente de cómo funciona y cómo utilizar el software. Tomando en cuenta que tenemos alrededor de 700 atenciones, va a suponer un trabajo importante en términos de la logística. El primer semestre va a ser un poco de adopción con este nuevo sistema y junto con eso instalaremos cámaras de grabación de alta resolución con una mesa de manejo que los docentes manejarán. Con eso podremos tener una digitalización de las sesiones para realizar análisis de caso minuto a minuto y no solo en vivo. Queremos seguir potenciando el pre grado, trabajando con distintos enfoques de psicoterapia y aumentar la vinculación con la comunidad. Esos nuestros objetivos para este año”.

¿Cómo impacta en los estudiantes y en la comunidad el trabajo que realiza la Clínica de Atención Psicológica?

“Para la comunidad es el hecho de ofrecer psicoterapia con profesionales altamente capacitados a bajo costo o cero costo y con una cadencia que ningún sistema público tiene. A diferencia de todas las otras clínicas aparte de la tecnificación que vamos a tener, trabajamos con demanda espontánea. Cualquier persona puede venir a pedir una hora si requiere psicoterapia. Y respecto a los alumnos, ellos tienen la posibilidad durante tres años o dos años y medio antes de salir a la práctica real, de atender más de 30 casos clínicos. Eso no pasa en ninguna otra universidad. En términos de formación para psicoterapia es súper importante”.