EN SANTO TOMÁS LOS ÁNGELES

Adolfo Almarza: “Las personas con discapacidad pueden ser mejores competidores, que alguien físicamente normal”

Con motivo de la inauguración del año académico de la Facultad de Salud de Universidad Santo Tomás Los Ángeles, Adolfo Almarza Riquelme, ciclista paralímpico chileno, se presentó en la institución con una charla motivacional para estudiantes de primer año. En la ocasión relató parte de su testimonio de superación personal.  

Adolfo Almarza Riquelme tiene 31 años y es el primer ciclista que compite en la especialidad ruta, contrareloj y crono, para personas con capacidades diferentes y quien alcanzó el puesto 10 en la tercera Copa del Mundo de Paraciclismo de Canadá. Actualmente se entrena para competir en los Parapanamericanos de Lima 2019, con el objetivo final de llegar a Tokio 2020.

Posee una energía insuperable, así lo demostró desde el escenario del aula magna de Santo Tomás Los Ángeles, al momento en que se reunió con estudiantes del área de la salud; jóvenes, quienes, por cierto, manifestaron gran orgullo al ver que ante ellos se posaba un profesional excepcional del ciclismo, utilizando dos prótesis en sus piernas.

En entrevista, Almarza ahondó en torno a su rehabilitación, entregando un optimista y significativo mensaje.

¿Cómo te diste cuenta de que la bicicleta era lo tuyo?

Como parte de la rehabilitación, me subí a una bicicleta estática. Cuando pedaleaba me cansaba y ese cansancio no me dejaba pensar en nada, entonces me bajaba y olvidaba la tristeza. Teniendo 12 años de edad, me di cuenta de que me subía triste y me bajaba feliz. Así, en vez de hundirme en mi problema, esos tiempos muertos los ocupaba en mi bicicleta y pedaleaba hasta que la bicicleta se hizo parte de mi vida y de mi felicidad. Al día de hoy, llevo como 12 años pedaleando profesionalmente.

¿Tienes un equipo de salud que te apoye en lo deportivo?

Si, cuento con un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud y la kinesiología es una de las especialidades importantes. Son los kinesiólogos los responsables de que los deportistas no se tengan que lesionar. Son una red de especialistas que tienen que estar trabajando para una persona y si tengo buenos resultados es gracias a la planificación y preparación de ellos.

¿Cómo te describes?

Creo que una de las virtudes que tengo es que soy una persona alegre, positiva, optimista y agradecida, porque hago lo que me gusta. Gracias a Dios tengo mi propio trabajo, que es mi pasión, yo creo que eso es lo más lindo, trabajar por un sueño propio.

¿Cómo se genera esa actitud tan positiva en Adolfo?

Yo creo que el accidente me hizo ir más allá de lo que uno piensa y fue tan impactante lo que ocurrió, en el sentido que nunca he podido llegar a tener lo mismo, que me quedó la vara alta y es por eso que, en adelante, siempre he estado luchando.

Igual hay días en que amanezco desganado, pero eso no significa andar negativo. Nunca ando derrotado, es difícil. Desde niño he sido inquieto y eso también me ayuda bastante.

Tenías 12 años cuando tuviste el accidente, ¿Cómo te levantas de lo inesperado?

No haciéndole el quite. Enfrentar las cosas es lo que te hace crecer y me gustan los desafíos. Entre más complicado sea, más hambre me da de empezar a trabajar.

Perdí mis piernas y no es un tema andar con short en la calle. Hay veces en que me toca desafiar a personas que me miran en menos y me encanta ganarles, para que se den cuenta de que las personas con discapacidad pueden ser mejores competidores, que alguien físicamente normal.

Por eso hoy estoy metido en un ciclismo que es duro, violento, con un nivel profesional fuerte, compitiendo con personas que tiene sus dos piernas sin problemas.

Como lo dije en algún momento, la parte negativa de mi vida después pasó a ser la más positiva. Mi accidente, aquello que me marcó más en la vida, finalmente es lo que me ha dado todo.

¿Qué mensaje darías a los jóvenes?

Que sean tolerantes a las frustraciones y sigan avanzando en la vida, aprovechando las oportunidades. Yo creo que una de las cosas que le falta a la juventud es la motivación personal. No quieren trabajar por sus propios sueños, no quieren trabajar por los sueños de los demás, entonces se sienten insatisfechos y se quejan por pequeñeces.

Pero más que culpa de ellos es de la enseñanza que dan hoy día los padres. Yo soy una persona que ha aprendido a vivir, pese a cualquier obstáculo y aquí estoy haciendo lo que me gusta, lo que me apasiona y siempre avanzando con Dios donde sea. Dios va primero que todo.

Hoy en día tengo dos marcas grandes que creyeron en mí. Gracias a ellos puedo viajar y tener los recursos para moverme internacional y nacionalmente, para todo lo que es el ciclismo y las charlas.