Presidente del Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo

“El rol de las universidades es fundamental”

Gonzalo Rivas aseveró que entre los desafíos que el CNID ha evidenciado, se encuentra la necesidad de fortalecer los espacios de investigación colaborativa.

“En Chile, la investigación científica se concentra principalmente en las universidades y en centros científico tecnológicos que –en su mayoría– están vinculados a ellas. Esta situación se ha ido consolidando en el tiempo, debido a que han sido los espacios naturales que acogen a los doctorados formados en la última década, concentrando tres de cada cuatro en el país”.

Así lo enfatizó el Presidente del Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID), Gonzalo Rivas, al ser consultado por las instituciones que han sabido desarrollar la investigación en nuestro país.

Respecto a los demás sectores institucionales, el personero precisó que la participación de doctorados es muy poco significativa: los institutos tecnológicos y centros científico tecnológicos no vinculados a universidades, el sector público y las empresas, no logran superar el 6% de doctorados, con cifras de 6,1%, 4,7% y 3,8%, respectivamente, según antecedentes del Ministerio de Economía.

Por otra parte, agregó que entre 2008 y 2016, las ciencias naturales y las ciencias médicas participan de casi el 70% de la producción científica nacional, mientras que las ingenierías y tecnologías explican el 11,3%, y las ciencias sociales, el 8,2% de estas iniciativas, de acuerdo a información del Conicyt.

Asimismo, expresó que se aprecia cierta división del trabajo científico implícito en el sistema,

“ya que el foco principal de las universidades se ha centrado en las ciencias básicas, con una presencia menor en ciencias aplicadas y desarrollo experimental”.

Desafíos

Rivas dijo que la investigación básica que generan las empresas, institutos tecnológicos y centros científico tecnológicos no vinculados a universidades,

“les permite nivelar su conocimiento de base sobre el que posteriormente intensifican sus capacidades de investigación aplicada y desarrollo experimental, según sea el tipo de problema que quieran resolver”.

El presidente del CNID aseveró que entre los desafíos que la institución que lidera y sus diversas comisiones han evidenciado, se encuentran la necesidad de fortalecer los espacios de investigación colaborativa, el fomento de la interdisciplinariedad, y la generación y fortalecimiento de capacidades de vinculación –conectores– entre las diferentes ciencias en pos de responder a los desafíos de largo plazo para avanzar hacia el desarrollo.

Reiteró que las universidades en Chile son el motor para la generación de conocimiento, la formación de profesionales y futuros científicos, la transferencia de conocimiento, siempre a través de mecanismos de vinculación con el medio.

“El conocimiento generado a raíz de las iniciativas de investigación científica y tecnológica permite avanzar en nuestro entendimiento de la sociedad y sus necesidades. Sobre este conocimiento, los actores y personas vinculadas con los distintos ámbitos de CTi despliegan respuestas enmarcadas en nuestro contexto social, geográfico, científico y tecnológico”, afirmó.

Explicó que entre los desafíos actuales, las universidades chilenas navegan entre las tensiones de la regularidad de su financiamiento, el aseguramiento de sus capacidades y calidad de formación e investigación, así como también consolidar una trayectoria estratégica de desarrollo científico.

“Si miramos el contexto global y local, hoy son diversas las demandas desde diferentes sectores de la sociedad en temas de productividad, calentamiento global, desastres naturales, desarrollo social, entre otros”, detalló.

En este contexto,

“el rol de las universidades es fundamental, involucrando no solo la generación de conocimiento nuevo y progresivamente más robusto, sino también en avanzar hacia mecanismos más dinámicos de formación académica y en su vinculación con los otros actores de nuestra sociedad, como las empresas, las personas y el Estado”.

Producción científica de la UST

Gonzalo Rivas, al ser requerido por el papel que pueden cumplir universidades jóvenes como la Universidad Santo Tomás en el escenario actual de la ciencia y la tecnología chilena, destacó que “por el mismo hecho de ser jóvenes, de desarrollo reciente, estas universidades tienen mayor facilidad para dinamizar procesos de colaboración en la investigación científica. Esta colaboración debería desarrollarse no solo en la postulación a fondos de investigación –individual y asociativa– sino también en vinculación con los actores de nuestra sociedad, es decir, las empresas, las personas y los actores de la sociedad civil”.

Precisó que similar a lo que se observa en el resto de las universidades, entre 2008 y 2016,

“la Universidad Santo Tomás muestra niveles de producción científica con orientaciones similares a las universidades con mayor trayectoria. Esto es una fuerte presencia de investigación en ciencias naturales (41,3% del total), seguidas por las ciencias médicas (31,9%), si bien se diferencia de la tendencia nacional en las ciencias agronómicas (14,7%)”.

Sin embargo, añadió que “similar a lo que ocurre en el resto del país, su desarrollo de las ciencias sociales y de las ingenierías sigue siendo débil (menos del 10% ambas)”.

Rivas manifestó que “esto muestra un desafío claro que implica no dejar de hacer lo que se ha fortalecido en el tiempo, sino más bien destinar esfuerzos por nivelar las capacidades de investigación en los otros ámbitos y privilegiar las instancias colaborativas inter e intrainstitucionales. Esto debiese redundar en espacios de formación académica consolidados, mayores capacidades de comprensión de nuestra sociedad, mejores condiciones de transferencia de conocimiento y –en el mediano a largo plazo–, el fortalecimiento del prestigio de la casa de estudios”.