Reportaje

Programación y educación financiera: herramientas e “idiomas” para un mundo interconectado

La tecnología, lo queramos o no, está junto a nosotros cada día, modernizándose y avanzando, y a la vez, requiriendo de nosotros actualización constante como si fuese una nueva obligación social. ¿O es que aún deseamos hacer fila en un banco si podemos hacer todo desde un celular inteligente?

A la hora de establecer comparaciones entre décadas no sólo las costumbres, vestimenta o medios de transporte pueden ser factores de análisis; porque, ¿nuestros abuelos tuvieron acceso a los mismos conocimientos que nosotros? ¿Cuántos idiomas les enseñaron en el colegio a nuestros padres?

Si quizá en algún momento, cuando el acceso a la educación superior era sólo privilegio para algunos, saber sumar, restar, multiplicar, dividir, leer y escribir eran saberes suficientes para ganarse la vida, la llegada de la modernidad trajo inevitables cambios y también nuevas exigencias para poder comprender y convivir en el medio que habitamos.

La computación quizá fue primero. Luego la importancia de aprender un segundo idioma, donde el inglés y el chino han sido foco de atención en algún momento. Hasta llegar al escenario actual donde, con la existencia de la conexión inmediata que brinda internet, son necesarias otras habilidades y conocimientos.

Es entonces que la tecnología, lo queramos o no, está junto a nosotros cada día, modernizándose y avanzando, y a la vez, requiriendo de nosotros actualización constante como si fuese una nueva obligación social. ¿O es que aún deseamos hacer fila en un banco si podemos hacer todo desde un celular inteligente?

“(…) el uso de la tecnología informática es el mecanismo o medio que vamos a tener para comunicarnos con todo lo que necesitemos”. Luis Cabezas, Director Área Informática, IP Santo Tomás La Serena.

“Prosumidor” digital

En este escenario, las naciones industrializadas buscan preparar un mayor número de estudiantes en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas para responder de forma eficiente a los tiempos actuales, considerando que hoy en día un porcentaje importante de los nuevos puestos de trabajo se generan al alero de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y conforme avance la sociedad del conocimiento, se espera que esta proporción aumente.

¿Basta con ser sólo consumidores o usuarios de tecnología? ¿Sabía usted que gracias a internet y el uso de ella por parte de miles de jóvenes hoy se habla del concepto de <prosumidor>? Es decir, alguien que no sólo utiliza la tecnología, sino que también puede producir contenidos, aplicaciones; o <crear nuevas cosas>.

Estudianetes aprenden a programar frente a computadores.

Niños y niñas aprenden a programar de forma lúdica.

Mediante iniciativas públicas y privadas nuestro país ha puesto foco e interés en capacitar sobre informática a la sociedad, y más específicamente, en enseñar a las personas a programar mediante iniciativas lúdicas y amigables, como La hora del código, por ejemplo, campaña mundial impulsada por la corporación code.org de Estados Unidos y que pretende que todas las personas aprendan a programar de forma fácil y entretenida.

En esta materia ha tenido una constante participación el Área de Informática del Instituto Profesional Santo Tomás de La Serena, que a  través de sus docentes y alumnos, han capacitado a niños, jóvenes y docentes no sólo en las claves de la programación, sino que también, en materias como la robótica (estudiantes de enseñanza media).

¿Cuál es la razón de hacer masiva la programación entre la ciudadanía? Porque hoy en día la tecnología aporta a que todos estemos conectados, responde Luis Cabezas, Director del Área de Informática del Instituto Profesional Santo Tomás de La Serena, quien recuerda que gran parte de los dispositivos electrónicos existentes en los hogares están, de alguna u  otra forma conectados, “muestra evidente de que habitamos la era de la conexión”. Sin embargo, en el espacio de esta interconexión, la informática no toma la forma de un lenguaje universal, “más bien el uso de la tecnología informática es el mecanismo o medio que vamos a tener para comunicarnos con todo lo que necesitemos”, añade el docente.

“(…) hoy la sociedad se mueve en base a una plataforma digital; por ello, creemos que no sólo es importante utilizar la tecnología, sino que también comprenderla para poder sacarle total provecho”. Paulina Pizarro, docente Área Informática, IP Santo Tomás La Serena.

Pensamiento computacional

A juicio de Mariana Osorio, miembro de Ucorp, una de las entidades encargadas de llevar a cabo La Hora del Código, en la actualidad la programación es uno de los lenguajes del futuro, “pues ya no basta con saber inglés u otros idiomas. La programación es fundamental porque todos hoy en día manejamos celulares, computadores y tablets, y la idea es no sólo ser usuarios, sino también creadores; es decir, en vez de sólo jugar, crear nuestras propias aplicaciones de acuerdo a nuestras necesidades”.

¿Y con qué objetivo podemos programar? Tal como lo señala Osorio, nuestras prioridades nos pueden orientar para aprender con entusiasmo, como es el caso de Francisco Delgado, estudiante del colegio Santo Tomás de La Serena y partícipe de los talleres de la Hora del código, quien indica que además de gustarle mucho la computación “quería saber cómo se hace, porque también quiero programar cosas, por ejemplo, video juegos”.

Dando instrucciones para que personajes del famoso juego Angry birds se moviesen dentro un laberinto, Francisco aprendió algunas claves básicas de programación informática, y además de ello, trabajó en la resolución de problemas, aspecto clave del <pensamiento computacional>, que a juicio de la docente del Área de Informática del IP Santo Tomás La Serena, Paulina Pizarro López, resulta relevante que la ciudadanía puede adquirirlo.

“Este pensamiento computacional”, aclara, “es la lógica que se requiere para poder resolver problemas, en consideración a que hoy la sociedad se mueve en base a una plataforma digital; por ello creemos que no sólo es importante utilizar la tecnología, sino que también comprenderla para poder sacarle total provecho”, resalta.

¿Todos podemos aprender? La académica subraya que no se requieren habilidades especiales o conocimientos previos, “pues es una competencia que se adquiere, y para ello sólo bastan las ganas y estar al tanto de diversas iniciativas gratuitas que buscan enseñar a programar, como es el caso de La Hora del Código”.

Tarjetas, internet, consumo y deudas

En este nuevo hábitat de tecnología y aplicaciones de celular, el comercio y las finanzas también ocupan un lugar  preponderante, abandonando el papel y dinero en efectivo a la hora de realizar transacciones, no sólo en el país, sino que en cualquier lugar del mundo.

Dibujo de mano y dedo comprando vía internet en un celular.

Necesidades y deseos requieren educación financiera.

Además, con tarjetas de crédito asociadas a grandes casas comerciales, el consumo de la población chilena ya no es el mismo. Pagar o realizar una transferencia bancaria mediante internet era impensable hace 15 0 20 años, y por ello, el movimiento económico es incesante en la actualidad.

Tenemos tarjetas, pagamos en cuotas, pedimos créditos, transferimos dineros mediante el teléfono celular, pero, ¿sabemos qué es la tasa de interés, el CAE o el pago a un pie y dos cuotas? Algunos sí, otros no. ¿Qué hacer entonces para no ser un <analfabeto financiero>?

Aprender en este ámbito también resulta fundamental para manejar nuestro presupuesto a la hora de adquirir bienes y servicios en función de nuestras necesidades y deseos, y al igual que en el caso de la informática y la programación, entidades privadas y públicas se unen para transferir conocimientos, como fue el Encuentro Regional de Educación Financiera, instancia realizada en la Universidad Santo Tomás de La Serena en alianza con la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF).

 

“Esta primera etapa de educación y transferencia de conocimientos y consejos respecto uso de tarjetas y créditos bancarios, precederá a una etapa más difícil: el cambio de comportamiento financiero de las personas, que esperamos redunde en una baja de la tasa de morosidad, por ejemplo, de los jóvenes”. Eric Parrado, Superintendente de Bancos e Instituciones Financieras.

Consumo responsable y morosidad

A juicio del Decano de la Facultad de Economía y Negocios de la UST, Guillermo Yañez, no se debe rehuir la trascendencia de informarse y comprender el sistema financiero, “pues tarde o temprano todos seremos parte, lo que constituye un hecho de la causa, pues no hay nadie en Chile que esté al margen en este tema”, recalca.

Obviamente, es muy distinto ir al supermercado y comprar una bebida que adquirir un producto financiero, instrumentos desconocidos para los jóvenes, y por ello existe un desafío de información y conocimiento al respecto que se debe subsanar”, añade el experto.

Para este fin, las alianzas son fundamentales, especialmente cuando la academia se pone a disposición de la educación financiera, según indica el Superintendente de Bancos e Instituciones Financieras, Eric Parrado, quien sostiene que la educación financiera se ha puesto de moda gracias la generación de conciencia al respecto.

“Esta primera etapa de educación y transferencia de conocimientos y consejos respecto uso de tarjetas y créditos bancarios, precederá a una etapa más difícil: el cambio de comportamiento financiero de las personas, que esperamos redunde en una baja de la tasa de morosidad, por ejemplo, de los jóvenes”, agregó la autoridad.