Tener una gran variedad de opciones alimentarias es importante para el desarrollo intelectual de un niño, ya que pueden sentirse fatigados, somnolientos y desmotivados cuando el desayuno es muy pequeño, o si picotean comida chatarra durante todo el día.

La obesidad infantil afecta al 7,2% de los niños menores de 5 años en América Latina y el Caribe, y una de las causas de estos altos índices es que los ambientes en los cuales se desenvuelven los niños facilitan hábitos de alimentación no saludables, en vez de promover una ingesta más sana.

Para cambiar esta realidad, la directora de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás Puerto Montt, Carolina Maragaño, comenta que una una buena forma de comenzar es preocupándose por la comida que los niños consumen en el hogar, por ejemplo, durante el desayuno.

“El desayuno debe ser una mezcla de alimentos variada, pero para que tenga las mejores cualidades nutricionales debe incluir un lácteo, como leche descremada o yogur descremado, y una porción de pan con agregado, que puede ser palta, jamón de pavo, quesillo o mermelada. Otra opción es reemplazar el pan por media taza de cereales para el desayuno, siempre que no contengan azúcar, una fruta o jugo de fruta natural”, explica.

Colación saludable

No son pocos los padres que durante las vacaciones hacen la vista gorda y dejan que sus hijos coman solo lo que les gusta, que básicamente consiste en alimentos que poco aportan a una alimentación saludable, algo que a juicio de Carolina Maragaño, es “una mala práctica nutricional”. Sin embargo, con la llegada de marzo y el comienzo del año escolar, es importante retomar la rutina y adaptarse a un plan de comida más sano, rico en proteínas de origen animal y evitando las grasas saturadas.

La directora de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás Puerto Montt, recomienda optar por lácteos descremados y carnes como pollo, pescado, pavo y vacuno sin grasa, además de huevos, en equilibrio con alimentos de origen vegetal: cereales, legumbres, verduras y frutas. Por otro lado, los alimentos ricos en hidratos de carbono, como el pan, las pastas, el arroz y las legumbres, son imprescindibles por su aporte de energía, y deben formar parte de las dietas habituales de los escolares, en proporciones razonables para cada edad.

En cuanto a las colaciones, Carolina Maragaño comenta que éstas no debieran superar las 100 o 150 calorías para que sean saludables, por lo que se debe evitar el consumo de bebidas gaseosas y snacks, como papas fritas o galletas envasadas, y recordar que el agua es la mejor bebida.

“Una fruta o un yogur cubrirán la cantidad de calorías necesarias para la colación, y el origen del nutriente va a ser el adecuado. Además, una buena forma de motivar a los niños a consumir alimentos más saludables es variar las formas de preparación de los alimentos, utilizando distintas opciones culinarias, como asados, hervidos, a la plancha, guisados, y no abusar de las frituras”, recomienda la docente de la UST Puerto Montt.