Realizar actividad física desde temprana edad no solo es una práctica saludable, sino que también favorece el crecimiento y la autoestima de los niños, potencia sus valores sociales y su relación con el entorno.

El gran problema para los padres durante la época estival es que sus hijos pequeños se aburren con facilidad. Realizar actividad física parece ser una buena alternativa que además de mantenerlos ocupados, es beneficiosa para su salud y los alejan del sedentarismo. Pero ¿qué tipo de ejercicio físico es el adecuado para los niños? ¿Puede un niño hacer deporte igual que un adulto?

Carolina Villarroel, jefa de Carrera de Preparador Físico del IP-CFT Santo Tomás San Joaquín, explica que entre los 5 y los 17 años se deberían practicar al menos 60 minutos diarios de actividad física a una intensidad moderada o vigorosa.

“La mayor parte de esta actividad debería ser aeróbica, que refuercen los músculos y los huesos, así como potenciar el desarrollo de cualidades motrices como la coordinación, la fuerza y el equilibrio”, señaló Villarroel.

Para los adultos, en cambio, la recomendación es realizar 150 minutos semanales de ejercicios físicos a un nivel moderado o 75 minutos a nivel intenso, combinando actividades aeróbicas y anaeróbicas que permitan el fortalecimiento de los grandes grupos musculares.

Entre las actividades para los niños que se aconsejan realizar en verano se encuentra andar en bicicleta, ya que es algo que los niños pueden realizar con su familia o los adolescentes junto a algún amigo. Trotar, caminar o hacer excursiones también es una buena posibilidad, ya que dentro de Santiago hay variadas alternativas de senderos básicos para visitar. «Realizar juegos con la pelota en una plaza, o incluir a las mascotas es una buena alternativa para acercarlos a la actividad física a través del juego”, dice la especialista de Santo Tomás.

Deporte con moderación

Hacer deporte es asociado a una buena salud, pero en la moderación está la clave. Es que según la especialista, la práctica excesiva de ejercicios físicos puede causar lesiones en las articulaciones y ligamentos y provocar que los niños sean más vulnerables a patologías como la osteoporosis (más recurrente entre mujeres), o presentar cuadros de amenorrea. Por otro lado, si el cuerpo está cansado el sistema de defensas disminuye y hay mayores riesgos de enfermar.

Lo importante, según Villarroel, es que los padres no presionen a sus hijos a hacer deporte, ya que hacerlo solo causará que los niños se frustren y se alejen de la actividad física. “Los padres deben dejar que el niño elija que es lo que quiere realizar, para ello deben ofrecerle un abanico de opciones. Si el niño siente que es una obligación no lo disfrutará”, precisó.

Los beneficios del deporte

 A continuación, la jefa de carrera de Preparador Físico aconseja una serie de disciplinas que los niños pueden comenzar a practicar desde temprana edad para favorecer su crecimiento. Sin embargo, señala que además hay que otorgarles tiempo para participar de actividades lúdicas sin reglas y normas que fomenten el juego activo, la creatividad propia de la edad y la sociabilización con sus pares.

  • Artes marciales (desde los 4 años): favorecen la coordinación de los movimientos, son de fácil adaptación para los niños y pueden comenzar a una edad muy temprana.
  • Natación (desde los 4 años): mejora muchas capacidades como la coordinación, la resistencia y también puede iniciarse a edades tempranas. Algunas municipalidades tienen programas por el verano que ofrecen clases de natación, zumba o hidrogimnasia enfocado a distintos niveles y edades.
  • Tenis (desde los 4 a 6 años): favorece la coordinación óculo manual puede iniciarse entre los 4 y los 6 años dependiendo del desarrollo del niño.
  • Fútbol, Básquetbol, Vóleibol y Hándbol (desde los 5 a 6 años): además de trabajar la coordinación, la agilidad, así como diferentes cualidades motrices, estas disciplinas ayudan al niño a relacionarse, a aprender a cooperar en grupo y manejar la frustración.
  • Gimnasia rítmica (desde los 6 años): favorece la flexibilidad.
  • Patinaje (desde los 7 a 8 años): desarrolla el equilibrio y la coordinación, entre otras capacidades.