Doctor Erik Díaz

Adiós a las enfermedades crónicas con la correcta rutina de ejercicios

Doctor en Metabolismo Energético y académico del Diplomado en Nutrición de la UST Talca, ha demostrado a través de numerosas investigaciones cómo es posible controlar ciertas patologías a través de ejercicios de alta intensidad en intervalos cortos de tiempo.

Erik Díaz Bustos es Nutricionista de profesión, y cuenta además con un Magíster en Salud Pública y Doctorado en Metabolismo Energético en la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Formó parte del cuerpo académico del Departamento de Educación Física, Deportes y Recreación de la Universidad de la Frontera (UFRO), luego de su jubilación desde la Universidad de Chile donde se desempeñó por espacio de 30 años en la Facultad de Medicina y en el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA).

Dirigió el Laboratorio de Ejercicio Físico, Metabolismo y Salud en la UFRO cuya contribución a través de programas de ejercicio para tratar las enfermedades crónicas ha aportado estrategias eficientes que han permitido la formación de especialistas en el pregrado de Educación Física, en el Magíster de la misma disciplina y en la formación tutorial de numerosos profesionales de la Salud y la Educación.

Es además parte del cuerpo académico del Diplomado en Nutrición que actualmente imparte la Universidad Santo Tomás Talca a través de su Escuela de Nutrición y Diétetica perteneciente a la Facultad de Salud.

¿Cómo nace la idea de buscar tratamientos alternativos para enfermedades crónicas?

“Yo creo que el cómo nacen las enfermedades crónicas que hoy día nos afectan es justamente a partir del sistema muscular que no está cumpliendo la función para la cual está diseñado naturalmente. Lo que pasa es que en todas las enfermedades que hoy nos afectan desde enfermedades cardíacas a la obesidad o la diabetes, el comienzo de las alteraciones parten porque las personas tienen una masa muscular que cae en un desuso y en la medida que no tengo la actividad muscular empiezo a tener menos reactividad del sistema cardíaco, vascular, menos capacidades para utilizar la glucosa y menos capacidades para usar la grasa y ya con eso metimos a la mayoría en las patologías que nos abruman. Entonces en lo que se refiere al Diplomado y al enfoque del ejercicio, cuando uno da vuelta esta situación a recuperar la función de la masa muscular, se está volviendo el reloj al revés y se está ganando tiempo. Ahí se actúa en el mecanismo íntimo que es cómo se generó la enfermedad y por eso a veces podemos sacar a las personas del uso de tratamientos medicamentosos que ayudan solo al alivio del síntoma. Tenemos estudios que demuestran que el paciente se puede recuperar cien por ciento con y sin medicamentos en el caso de la hipertensión por ejemplo”.

¿En qué consisten estos tratamientos que usted promueve?

“Ejercicios de alta intensidad de manera intermitente que se hacen por un tiempo muy corto de tal manera que provocan los efectos pero no dan el estrés cardiovascular que produciría un ejercicio continuo como los que hoy en día se recomiendan. Pero como es de alta intensidad se hace por tiempos muy cortos, de un minuto o menos de un minuto y luego con intervalos de descanso y eso permite que la persona pueda realizar varias series, pero no más allá de un período de tiempo que no sobrepasa los 30 minutos incluidos los descansos. La gente puede realizar no más de 10 minutos en una sesión de ejercicios con 2 minutos de descanso intermedios. Eso es suficiente para sacarlos de condición de obesidad, hipertensión y todo eso”.

¿Quiénes pueden someterse a estos tratamientos?

“Las personas más complicadas, aquellas que están tratamiento para lo que ya son patologías, que ya están diagnosticados y en tratamientos, entonces por ejemplo lo que hacemos acá en la Universidad de La Frontera, es que vienen referidos por médicos para hacer los ejercicios y buscando la posibilidad de que esta gente se vaya haciendo cada día más independiente de los fármacos y a la vez que pueda recuperar gran parte de la función que había perdido”.

¿Cuáles han sido los resultados de sus investigaciones en este ámbito?

“Si cualquier persona que tenga interés lo busca, solo necesita revisar la Revista Médica de Chile y poner la palabra ejercicio. Es un medio gratuito disponible en la web donde encontrarán una cantidad enorme de trabajos que se han publicado. Son trabajos hechos en centros de salud y no en laboratorios y con resultados equivalentes a los nuestros en un medio más controlado o con más rigurosidad si se quiere. Si se trata de la hipertensión, mínimo el 70% de los pacientes – en nuestro caso el 100%- se recupera sin necesidad de fármacos; en obesidad, en hiperlipemia en un mes puedes recuperar triglicéridos o colesterol que están elevados; en el caso de la diabetes en dos o tres meses las personas pueden incluso salir a la condición de normalidad, tenemos un 60% de recuperación de diabetes. Pero cuando la gente lleva 10 o 15 años de diabetes no se puede esperar recuperar un daño tan crónico, pero alguien que ha sido diagnosticado no más allá de 5 años tiene tremendas posibilidad y se puede salir hasta de la insulina si ya empezaron ese tratamiento”.

¿Cuál es la relevancia que estos protocolos se estén utilizando para nuevas investigaciones del área como la que realizará la Escuela de Nutrición y Dietética de la UST Talca?

“Muchas de estas cosas en la literatura internacional, lo que es la investigación científica de mayor nivel da la pauta. Cómo se explica esto, primero que a veces hay que demostrar lo que ya está demostrado porque si no se hace en Chile no vale, lo otro es aportar elementos de juicio de la manera, del cómo adaptarlo y en eso parte de lo que está planteando el profesor Jorge Torres en la UST, es ir adecuando estas metodología a nuestra realidad y capacidad. La verdad es que la investigación a nivel internacional está muy distante a lo que nosotros estamos soñando en hacer y ahora nuestra labor con diplomados, con magíster y asistencia a eventos es tener más información para bajarla a nivel nacional y ponerla a disposición tanto de los pacientes como del medio profesional involucrado”.

¿Qué hace falta para masificar estos tratamientos y dar acceso universal a ellos a través del sistema de salud?

“Creo que como siempre hace falta un poco más de formación al respecto porque en el sistema de salud los profesionales no tienen una formación adecuada en el ámbito de la fisiología del ejercicio en la salud. El kinesiólogo estudia la fisiología del ejercicio pero más enfocada a la rehabilitación y el deporte, pero del punto de vista metabólico que es lo que se requiere en esto no hay una formación adecuada. Entonces se necesita incorporarlo a los programas de estudio, a los programas de post grado y de post título e ir dando esta información a las personas. Cuando partimos con estos hace más de 15 o 20 años con Carlos Saavedra, en verdad esto era casi un oscurantismo completo, pero hoy en día la situación es muy distinta. Hay mucha información, muchos profesionales formándose en el extranjero y universidades que son líderes en la aplicación de estos elementos. A nivel público toma mucho tiempo hacer los cambios, al menos nosotros acá en la Araucanía lo hemos hecho en cada centro de salud”.

¿Hacia dónde deberían ir las investigaciones en esta área?

“Creo que el componente principal está en cómo entender los mecanismos íntimos y cómo se alteran los procesos normales y cómo se pueden restaurar. Hay hoy una ciencia denominada Epigenética donde está la relación entre nosotros como un componente con una genética que puede adaptarse a las condiciones ambientales en función de los estímulos, entonces en ese proceso adaptativo hemos ido perdiendo. Lo que viene es cómo nosotros podemos ir poco a poco reestableciendo eso, aprovechando nuestra genética para que vaya con los estímulos suficientes. Lo ideal sería que este proceso después se mantenga porque no sirve de nada recuperar a un sujeto que al cabo de tres meses lo tienes en las mismas condiciones. Para eso se requieren otras investigaciones con un enfoque más biopsicosocial en cómo el sujeto se integra a un estilo de vida que sea diferente”.

¿De qué forma se transmiten estas experiencias a los alumnos del Diplomado en Nutrición de la UST?

“Creo que el mérito fundamental del profesor Torres es que ha reunido gente con experiencia bastante abundante y de muy buen nivel. A mi juicio qué es lo que queda ahora como un desafío, que el día de mañana ya no se deba contar con esa gente que son expertos sino que se vaya generando una capacidad dentro de la región o dentro de la propia universidad que puedan tener la capacidad de llevar a cabo estos diplomados a un buen nivel y sin la necesidad de contar con gente de afuera. El desafío es construir una masa crítica que permita hacer no solo los cursos sino también la investigación. Eso requiere inversión, lo que a mí me complica es que hay tanta gente en nuestro país estudiando en centros de excelentísimo nivel y muchos de ellos vinculados a este ámbito entonces debemos darles el espacio cuando vuelvan para que se incorporen a la vida universitaria”.