Jaime Vatter, Rector Nacional UST: «Es necesario que la reforma fije reglas claras para las instituciones»

Jaime Vatter aseveró que los ejes de la reforma a la educación superior deben ser los ámbitos de financiamiento, calidad y supervisión, los que deben estar relacionados.

Para el Rector Nacional de la Universidad Santo Tomás y Presidente de la Corporación de Universidades Privadas (CUP), Jaime Vatter, resulta necesario e imprescindible dar una señal tranquilizadora que despeje toda la incertidumbre y falta de claridad que actualmente rodea a la reforma educacional, principalmente en el ámbito de la institucionalidad.

En ese sentido, enfatizó que “es necesario que la reforma fije reglas claras y transparentes para las instituciones, manteniendo el respeto por la autonomía, reconociendo la diversidad de los proyectos educativos y garantizando la continuidad del actual sistema de provisión mixta, poniendo el foco en fortalecer la calidad y la equidad en el acceso a la educación superior. Por último, que los cambios sean aplicados con gradualidad y respetando los derechos adquiridos legítimamente en el pasado”.

En cuanto a cómo debiera abordarse este debate, Jaime Vatter precisó que en los últimos años se ha producido una serie de documentos que analizan la situación de nuestro sistema de educación superior, partiendo por el informe de la OCDE-Banco Mundial de 2009; las publicaciones de Aequalis y del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación, Ceppe; del Centro Interuniversitario de Desarrollo, CINDA, y terminando con el trabajo que el mismo Ministerio hizo el año 2014 con los diálogos ciudadanos sobre la materia.

Rector Vatter pide reglas claras

A su juicio, estas publicaciones permiten iniciar un análisis en profundidad de los cambios que se requieren para perfeccionar el sistema, sin tratar de partir de cero. “Nuestro sistema no está en crisis, muestra importantes logros en diversas dimensiones, pero requiere mejorar en múltiples aspectos. Por lo mismo, no se puede pretender eliminar todo lo existente, como si fuera un desastre, pues no lo es”.

En efecto, y citando a José Joaquín Brunner,

“nuestro país posee una tasa igual a la del promedio de los países OCDE en lo que respecta a la participación en la educación superior y cuenta con el mejor índice de participación del quintil de menores ingresos a nivel latinoamericano, según cifras del Banco Mundial. Además, de acuerdo a datos de Mi Futuro, la empleabilidad inicial promedio de quienes finalizan sus estudios superiores es satisfactoria y, según la OCDE, éstos alcanzan un importante retorno en términos de remuneración, con sueldos 2,6 veces más altos respecto de quienes tienen enseñanza media”.

Respecto a los ejes a considerar en el proyecto de reforma a la educación superior, el Rector Nacional de la UST afirmó que la reforma debiera abordar especialmente los ámbitos de financiamiento, calidad y supervisión, los que deben estar relacionados. “Un aspecto central en esto es que debe mantenerse la autonomía de las instituciones, esto es parte fundamental del desarrollo sano del sistema”, precisó.

Jaime Vatter explicó que en el primer caso, «hay que distinguir entre financiamiento institucional, que debe centrarse en las instituciones del Estado, y el financiamiento para los alumnos de pregrado. Este debe estar orientado a los alumnos más carenciados, no estoy de acuerdo con la gratuidad universal por un tema de justicia distributiva, y debería poder aplicarse en cualquier institución autorizada por el Estado para operar en el sistema. Esto permitiría garantizar el derecho de los jóvenes de elegir libremente el proyecto educativo que más los identifique. Creo también que para los alumnos de mayores ingresos debiese existir algún sistema de crédito con pagos contingentes al ingreso”.

En relación con la calidad, dijo que debe perfeccionarse el sistema de información a los usuarios, así como el de acreditación institucional y de carreras. “Estoy de acuerdo con que la acreditación institucional sea obligatoria, pero debe privilegiarse un sistema de acompañamiento a las instituciones, especialmente a las que presentan más debilidades. En relación a la acreditación de carreras, estimo que se ha avanzado mucho en los últimos años y debemos aprender de estos avances. No comparto que toda la acreditación deba ser hecha por un organismo del Estado, pero sí debe haber una adecuada supervisión del trabajo que hacen las agencias privadas”.

En materia de supervisión, expresó que “comparto la necesidad que exista una Superintendencia de Educación Superior, aunque cuidando de no entorpecer la necesaria flexibilidad que requieren las instituciones. En Chile tenemos experiencia con organismos supervisores que hacen de muy buena manera su trabajo y debemos aprovechas esas experiencias”.

Consejo Consultivo

“Me sorprendió el escaso rol público que jugó el Consejo Consultivo de la Reforma a la Educación Superior. Hasta el cierre del año 2015 no hubo mucha noticia de su participación. Incluso cuando a fines de diciembre se postergó el envió del Proyecto de Ley al Congreso hubiese sido más razonable que la Presidenta respondiera a una petición de este Consejo y no al CRUCH, como efectivamente ocurrió”, concluyó el Rector Nacional de la UST.