Paula Aguilar:

Directora OTL UST: “Cumplimos al 100% con todas las actividades que nos habíamos propuesto y con los objetivos que había fijado CORFO”

La Oficina de Transferencia y Licenciamiento (OTL) UST finaliza el 2017 concluyendo su segunda fase, que tenía por objetivo consolidar sus procesos de transferencia y fortalecer las relaciones con los investigadores. Paula Aguilar, directora de la OTL UST, habla de los logros del 2017 y las proyecciones que tiene este organismo para el año que viene.

El proceso de formación de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento OTL UST, comenzó en 2015 y finalizó durante el primer semestre de 2017. A este proyecto, llamado “Formación de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento UST”, lo siguió una segunda etapa llamada “Fortalecimiento de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento de la Universidad Santo Tomás”. Esta nueva etapa, que se inicia en diciembre de 2017, fue cofinanciada por CORFO, que entregó un 60% de los fondos, y la Universidad Santo Tomás, que entregó el 40% restante.

Al finalizar el proyecto, la OTL UST fue reconocida por CORFOsegunda entrega de los Premios de Transferencia Tecnológica, por completar el proceso de instalación y lograr exitosamente el posicionamiento institucional. «Cumplimos 100% con todas las actividades que nos habíamos propuesto y con los objetivos que había fijado CORFO para este tipo de programas«, comentó Paula Aguilar, la directora de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento de Santo Tomás.

¿Qué evaluación hacen del trabajo del año?

En el segundo semestre nos dedicamos a ver temas de planificación para poder comenzar con los proyectos que tenemos planificados para 2018. Además, se continúa con las actividades que tenemos de manera transversal. Dentro de esas actividades, fue súper importante el apoyo que brindamos a distintos investigadores en materia de transferencia tecnológica: diseñamos un plan de talleres de capacitación que ya se realizó en Viña del Mar y Los Ángeles y que tenemos programado implementar en Iquique, Santiago, Osorno y Antofagasta. La idea es trabajar con las sedes más incipientes, que no tienen tantos proyectos, precisamente para ayudar a levantarlos. Estos talleres están orientados al levantamiento de problemáticas relevantes a nivel país y a dar el soporte que los investigadores necesitan para que la elaboración de sus proyectos sea de calidad.

Si bien los montos adjudicados no fueron los que nosotros esperábamos, por una disminución transversal en el sistema para las distintas OTL, nuestra evaluación fue bastante positiva y creemos que lograremos realizar las actividades que nos habíamos propuesto inicialmente de una buena manera.

¿Qué otras actividades se habían propuesto para este año?

Durante el segundo semestre también logramos concretar la aprobación de los reglamentos que tienen que ver con transferencia tecnológica dentro de la Universidad. Son reglamentos de propiedad intelectual, reglamentos de transferencia tecnológica y reglamentos de resolución de conflictos de interés en transferencia tecnológica.

Creando este marco normativo nosotros partimos ya ahora el 2018 con la cancha rayada en cuanto a cuáles son las actividades que nosotros hacemos para fomentar y para proteger y propiciar las distintas actividades de transferencia tecnológica.

El cambio fundamental respecto a reglamentos anteriores tiene que ver con la inclusión de los alumnos como proveedores de resultados de investigación de interés para la universidad y también con un modelo de distribución de beneficios económicos para los investigadores que realicen invenciones que sean transferidas, así como el planteamiento de la creación de empresas como una alternativa deseable de transferencia tecnológica. Éstos ya están a disposición de la comunidad universitaria en la página web de la OTL.

Apoyo a Investigadores

Las actividades que la Oficina de Transferencia y Licenciamiento UST tiene planificadas están  clasificadas en distintos planes. «El más importante para nosotros es el de posicionamiento con grupos de investigación y desarrollo», explicó Aguilar.

¿Cómo lo hacen para apoyar a los investigadores?

Queremos aumentar la cantidad de proyectos, la cantidad de investigadores interesados y también la calidad de los resultados de investigación que se obtienen, en cuanto a su potencial de transferencia y vinculación a la industria, para luego buscar la mejor alternativa para poder transferirlos.

En 2017 hicimos varias intervenciones distintas: partimos con el desarrollo de la Guía del Inventor para la Transferencia Tecnológica, que está disponible en nuestra web. Es una guía de consulta que más que nada se refiere a temas ya más avanzados en la investigación pero que también habla del sistema en general y de las cosas que se tienen que considerar a la hora de realizar investigación aplicada. Otra acción es una serie de cápsulas de aprendizaje, que son pequeñas capacitaciones mediante video realizadas durante 2017 sobre temáticas como fondos disponibles para realizar investigación, las funciones de la OTL, las formas de apoyo que puede brindar la OTL, buenas prácticas de laboratorio y uso y mantención del cuaderno de laboratorio para los investigadores que ya están realizando algún tipo de investigación.

Muy importante fue también en 2017 la generación de los primeros lineamientos para un plan de vinculación permanente con la industria, el Programa de Vinculación UST-Empresa, con actividades orientadas a facilitar la relación de los investigadores con empresas externas con las que participan en la prestación de servicios especializados, proyectos de investigación conjunta e investigación por contrato.

¿Y qué tienen planificado para el 2018?

Después del proceso de evaluación y adjudicación, que fue bastante largo, ya ahora en diciembre partimos de manera definitiva con el segundo proyecto OTL. Esta nueva etapa del proyecto va a durar 24 meses, hasta el término de 2019.

Eso esperamos complementarlo con otros proyectos que podamos levantar, ya sea en actividades individuales de la UST o en actividades asociadas a otras universidades y centros de investigación.

Los proyectos que se presentaron, y de los que esperamos tener buenos resultados ahora a principios de 2018, son proyectos que atienden problemas a nivel país fundamentalmente en temas agropecuarios y alimentarios – biofungicidas, alimentos funcionales -, abordados desde la biotecnología. Son investigaciones que necesitan de personal capacitado que guíe a los investigadores respecto a cómo sacar estos proyectos adelante. Estas temáticas son las que tomaron fuerza durante 2017 y esperamos ampliarlas para el próximo año, motivando a otros investigadores para que puedan levantar sus proyectos. En 2018, también esperamos replicar lo que comentaba anteriormente sobre las cápsulas de aprendizaje y ahora le sumamos también los talleres presenciales que son con grupos de investigadores donde realizamos actividades teóricas, pero también algunas intervenciones donde ellos pueden poner a prueba sus innovaciones en proceso.

Lo último es un plan transversal que se trata del posicionamiento institucional de esta unidad. Nosotros fuimos bastante bien acogidos por las autoridades de la Universidad Santo Tomás durante el primer periodo, lo que nos lleva a adjudicarnos el segundo proyecto también ya contando con el apoyo de la universidad. Pero es un proceso permanente el de informar y dar a conocer el valor las actividades que hacemos. Tenemos confianza en que nuestros proyectos van a obtener resultados de valor para la institución.